Quienes estamos vinculados con el mundo de la danza contemporánea, como bailarines, investigadoras o simplemente espectadores, escuchamos los nombres de Margarita Bali o de Gerardo Litvak e inmediatamente nos emocionamos por verlos en escena. Ambos son referentes fundamentales de la danza contemporánea argentina, por su estilo y técnicas elaboradas durante muchos años y también por ser protagonistas esenciales del desarrollo pionero del video danza en el país.
Gerardo Litvak es Director, Coreógrafo y docente. Profesor titular de las Licenciaturas en Danza y en Actuación de la Universidad Nacional de las Artes, UNA. Como director y coreógrafo ha presentado sus obras en compañías y festivales nacionales e internacionales.
Su trabajo ha sido distinguido y apoyado por diversas instituciones como la Beca Guggenheim, otorgada por la John Simon Guggenheim Memorial Foundation; el Freiburger Theater, Alemania; el Centro Experimental del Teatro Colón; el Fondo de ayuda para las Artes Escénicas Iberescena; el Ministerio de Cultura de la Nación, el Complejo Teatral de Buenos Aires y el Teatro Nacional Cervantes, entre otros.
A propósito de la creación de Juego del tiempo, nos comparte sus reflexiones en torno a la generación del proyecto.
¿Podrías contar brevemente cómo surgió la idea de hacer la obra con Margarita?
Juego del Tiempo nace como una pregunta que me venía haciendo hace tiempo: ¿dónde están los bailarines profesionales maduros? ¿Qué pasa con los bailarines profesionales que a una cierta edad dejan la escena? Cómo mi trabajo se desarrolla en el campo de la danza contemporánea, siempre ha sido a partir de algunas inquietudes y preguntas que comienzo mis procesos creativos.
Entiendo que nuestro entorno socio-cultural prioriza la juventud, lo nuevo, ciertas formas de movimiento e invisibiliza una gran cantidad de bailarines profesionales, cuando se supone que a una edad avanzada uno gana experiencia y madurez en su oficio.
Conocía a Margarita por haber bailado en sus obras, la había visto en escena hace un par de años y suponía que podía acercarle la propuesta. Había visto una retrospectiva que Margarita había hecho donde mostraba fragmentos de sus obras mientras relataba parte de su trayectoria artística. Esa experiencia me quedó resonando y vi ahí un posible germen de lo que venía pensando.
Así fue como le propuse juntarnos a charlar. De esa primera charla han pasado dos años de trabajo, de intercambios, de pruebas, etc. llegamos hoy a una síntesis de todo ese proceso intenso y fructífero con la alegría de plasmar en esta obra algunas de esas primeras ideas, imágenes y preguntas.
¿Qué tanto influyeron tus años de trabajo con ella?
Ha sido importante para mí haber podido trabajar con ella con anterioridad en relación a tener una experiencia a priori, de conocerla en sus procesos creativos, sus ideas, obsesiones con la danza y sus modos de abordarlos.
Como abordaron el trabajo con el material de archivo? Estuvo presente en el concepto de la obra desde el inicio?
Desde el comienzo la idea central del proyecto era trabajar con la idea del cuerpo como archivo. Por un lado, porque me interesaba abordar un cuerpo maduro y como ese pasado se relaciona con su presente; por otro lado porque el archivo en la danza en la argentina es un material poco valorizado y por lo tanto hay muy poca circulación la danza realizada en la Argentina.
Aquí también se cruza la idea de la memoria en relación a la danza, en relación a que pareciera ser que es un campo artístico con muy poca memoria, con muy pocos documentos y reflexión circulando sobre nuestro bagaje histórico.
La metáfora del cuerpo como archivo remite a la idea de que el cuerpo puede entenderse como un lugar de almacenamiento, el sitio de la memoria.
Trabajamos con el cuerpo como el espacio donde se atesoran experiencias sensoriales, emocionales, intelectuales y cinéticas.
A través del proceso creativo nos preguntamos cómo activar ese reservorio, cómo baila ese cuerpo hoy y cómo dialoga con sus pasados.
Durante el proceso reflexionamos sobre el paso del tiempo, la memoria, lo viejo y lo nuevo; las palabras y el cuerpo; los movimientos que existen en nuestros recuerdos y aquellos que podemos accionar en el presente.
Estructuramos el trabajo a partir de tres ejes que recorren las ideas y materiales principales que ha tomado Margarita Bali a lo largo de su carrera en la construcción de su producción artística: las obras escénicas, el universo audiovisual y las artes plásticas.
Estos ejes se desarrollaron tomando distintas temáticas que atraviesan las obras de Margarita; las que se nutren, interpelan e interaccionan para crear nuevos relatos posibles que se despliegan en distintas escenas a lo largo de la obra.
Que rol jugaron, en la composición coreográfica, las imágenes de video proyectadas?
El trabajo audiovisual de Margarita es muy fructífero. Ha sido una de las pioneras del video danza en el país y continúa investigando en ese terreno. De hecho, en febrero y marzo próximos va a estrenar dos proyectos audiovisuales en el CCK.
Ha sido un arduo trabajo de investigación, selección y organización. Las imágenes fueron un eje muy importante en el desarrollo de la obra. A lo largo de los ensayos el trabajo se realizó en un dialogo constante entre los dos lenguajes, el cuerpo en escena y el trabajo audiovisual.