A manera de breves antecedentes (en primera persona)
En un párrafo del prólogo propio de mi libro Laboratorio de producción teatral 1. técnicas de gestión y producción aplicadas a proyectos alternativos, introduzco al futuro lector de mi publicación compartiendo que mi primera experiencia laboral en la producción ejecutiva de las artes escénicas, allá por 1990, en la Fundación Banco Patricios no existían carreras, ni cursos ni charlas de producción escénica en Argentina por lo que me vi obligado a investigar en materiales bibliográficos extranjeros, principalmente de USA y Gran Bretaña, que si bien explicaban algunos procesos de producción similares diferían en mucho en cuanto a modelos, legislación, estructuras, etc., de nuestro país.
Explico también en ese mismo prólogo que no fue hasta 2000 que transité por lo que podría llamar las “grandes ligas profesionales” como el holding de entretenimiento CIE- Rock&Pop primero y luego el Complejo Teatral de Buenos Aires -donde aún continúo trabajando- que me surgió el impulso de ocupar un vacío formativo transmitiendo mis experiencias como productor ejecutivo y artístico de teatro y artes performáticas y sistematizando lo que considero debe ser el proceso de producción escénica y las dinámicas de nuestro rol frente al proceso creativo a través de talleres y cursos como, por ejemplo, los iniciados en el Centro Cultural Ricardo Rojas o para la Fundación Amigos del Teatro San Martín o años después, en 2006, con la edición del Laboratorio de producción teatral 1 y que se convirtió en el primer libro de producción de la República Argentina y el segundo en Latinoamérica.
Tal vez fue a partir de dicha publicación, de los cursos que venía dictando y de mis antecedentes como profesional de la producción escénica que Carlos Ianni y Pablo Ianni del CELCIT me invitaron a dictar unas clases de producción y gestión teatral para comenzar a inicios del año 2008.
Carlos me propuso que armara un taller de modalidad presencial para la nueva sede de la calle Moreno cuatrocientos treinta y uno. un taller como los que daba habitualmente en otras instituciones pero que tuviese una frecuencia cuatrimestral y que se pudiese repetir en el primer y segundo semestre del año.
Pablo, por otro lado….
Pablo, por otro lado, me expresó su deseo de que desde el CELCIT se pudiera impulsar el dictado de cursos a distancia para todo Iberoamérica, a través de un aula virtual en una nueva plataforma de Internet que él estaba desarrollando y me preguntó, he ahí la novedad de aquel momento y la motivación de este artículo, si me atrevía a ser el docente pionero en inaugurar dicha dinámica.
No quisiera espoilearles queridxs lectorxs pero si cualquiera de ustedes se hubiese fijado en la web del CELCIT antes de leer este artículo -más precisamente en la sección de cursos a distancia-, ya se hubiese percatado de que mi respuesta a Pablo en 2007 fue un rotundo: ¡SÍ!
Si bien pasaron 17 años desde aquella invitación y comprenderán queridxs lectorxs que no pueda recordar con exactitud mis pensamientos de aquel momento, me arriesgo a creer que me habré imaginado como una especie de conejillo de indias que giraba sin parar en la rueda loca, o más bien, como una especie de conejillo de indias digital y primigenio que viajaba a través de la Internet en una rueda en forma de la nube para dictar un taller de producción escénica destinado a estudiantes- conejillos de indias iberoamericanos, digitales y primeros también ….. de ahí parte del título de este artículo.
De cómo me convertí en el conejillo de indias digital y primigenio del CELCIT a distancia (o jugando a una entrevista imaginaria conmigo mismo -el conejillo y yo-).
Ahora bien, queridxs lectorxs, como se trata de compartirles mi experiencia con el curso a distancia inaugural del CELCIT -tal cual lo expresé en el resumen de este artículo- y para que la lectura resulte dinámica y entretenida, voy a apropiarme de las preguntas orientativas que me compartió el querido Pablo Ianni, a la hora de invitarme a escribir este artículo y a jugar con preguntar “a” y responder “desde” aquel conejillo de indias digital y primigenio.
¿Qué te motivó a probar la experiencia de dar clases a distancia, al margen de la invitación?
Primeramente y por lo que recuerdo, ahora si fuera de broma, me motivó el desafío por investigar en los nuevos lenguajes digitales como medio para enriquecer y diversificar las futuras capacitaciones que pudiese dictar y de paso entrenar en una nueva dinámica pedagógica a construir con lxs estudiantes en base al diálogo y al aprendizaje constante; en segundo lugar, la riqueza y la potencialidad de encontrarme con una diversidad de personas de distintas partes de la argentina y de toda Iberoamérica en el aula virtual y sin moverme de casa y en tercer y último término, el ser por qué no el pionero otra vez más e iniciar la modalidad de cursos a distancia a través del CELCIT para toda Iberoamérica. Vaya si tenía motivos.
¿Tuviste que adaptar tus clases al formato en línea?
Si y no. digamos que en todos los cursos presenciales que dicté a partir de 2006 aproveché la guía de mi Laboratorio de producción teatral 1 y en ese sentido, este primer curso a distancia no fue la excepción.
Es más, la diagramación del libro y el criterio temático me sirvieron de base pedagógica e instrumental y por eso fueron claves a fines de 2007 para que pudiese ir desarrollando y articulando un preliminar de los formatos, secciones, contenidos, ejercicios y dinámicas específicas para esta virtualidad y a partir de aquel momento, nos pusimos manos a la obra con Pablo y Gonzalo, un colega de él, para ir volcando semana a semana todo lo que iba concibiendo teórica y prácticamente en esa aula virtual ¿primera? ¿primitiva? ¿originaria? y todo con la convicción de que la plataforma de cursada a distancia fuese lo más accesible, amigable e inclusiva posible, tanto para quienes tuviesen conocimientos digitales como para quienes eran debutantes en estas plataformas o con Internet.
Recuerdo que intervenía también Carlos Ianni que tenía todo el expertise y la trayectoria de los cursos presenciales del CELCIT y cuyo aporte fue importantísimo para darle ese toque celcitiano a este curso virtual. Fue un ida y vuelta de decenas y decenas de correos electrónicos que iban y venían sin cesar y que aún guardo en una carpeta del yahoo.com.ar. Sí, soy un sentimental. Hasta que logramos el aula virtual que nos entusiasmó a todos.
Por otra parte y a diferencia de los cursos presenciales, en donde el feedback se daba en forma simultánea -durante las clases semanales de tres horas de duración que dictaba en una acogedora aula del CELCIT-, el curso a distancia necesitaba que como docente contemplase, valga la redundancia, la distancia real y la distancia simbólica y que a partir de eso adaptase pedagógica y dinámicamente un ida y vuelta diferente e inexplorado para el CELCIT y para mí.
La distancia real sería la distancia espacial concreta que existía entre todxs lxs alumnxs y yo a la hora de las clases a distancia semanales de una hora y media de los días lunes en un aula virtual, cada quien desde una computadora, ordenador o notebook, cada quien con su buena, intermitente o mala conectividad, cada quien desde su casa o trabajo, y cada quien desde su ciudad, desde su país, desde una zona de iberoamérica.
La distancia simbólica, en cambio, sería la que se daba particularmente en esa edición inaugural y en las primeras seis o siete ediciones del curso a distancia, ya no recordamos con Pablo, en donde el feedback que hoy diríamos “sincrónico” se debía establecer en las clases semanales mediante un chat escrito, algo similar a lo que hoy sería un grupo de whatsapp con treinta personas queriendo escribir a la vez sus preguntas y yo tratando de responder una a una y cuando llegaba a responder la vigésima pregunta surgían otra catarata de treinta preguntas más y así... ¿Parece un caos? ¡Era un caos! Pero éramos felices como niñxs con chiche nuevo y poco a poco, lxs estudiantes y yo le fuimos tomando la mano a la cuestión.
Por suerte hacia 2015 o 2016, tampoco recordamos con Pablo, la clase semanal en el aula virtual de los cursos a distancia a través de chat por escrito dejó su lugar a los entretenidos encuentros de clases mediante las videoconferencias por Zoom, en donde por fín los lunes a la mañana nos veíamos las caras y particularmente, nos escuchábamos nuestras voces, con sus distintas musicalidades, acentos, ritmos, cadencias y todo esto sin saber que 4 o 5 años después las videoconferencias serían esenciales durante la pandemia.
Por último, no quisiera dejar de mencionar la otra distancia simbólica que se daba y se da y esa es otra diferencia con el curso presencial, en la aparición de lo “asincrónico” que está constituido por 16 contenidos teóricos semanales; la misma cantidad de ejercicios y/o trabajos prácticos por cada contenido -que corrijo a su vez semana a semana-; un foro de discusión para dialogar y debatir sobre distintas cuestiones de la producción, de la gestión o vinculada a las artes escénicas en general y otro de investigación para que lxs estudiantes suban trabajos prácticos que requieren búsquedas diversas; un correo interno para despejar alguna duda o para informar alguna novedad, etc.
¿Cómo se enriquece la cursada con personas de todo el mundo?
Este fue el segundo de los aspectos que, como ya respondí, era motivante y me sigue ilusionando y motivando en cada edición de los cursos a distancia hasta la actualidad. me refiero a la riqueza de encontrarme/encontrarnos con diversidad de personas de distintas partes de la argentina y de toda iberoamérica, con distintas ocupaciones, edades, procedencias, con distintas culturas, entornos, realidades y expectativas, todas en un espacio de diálogo, reflexión, intercambio de conocimientos y experiencias.
Y como para muestra basta un botón, les cuento que buceando en mis carpetas/archivos de yahoo.com.ar de ese primer curso a distancia (ya dije que era un sentimental y aún lo soy), pude encontrar que fueron treinta y dos lxs inscriptxs. ¡Sí, treinta y dos! Lxs primerxs valientes estudiantes- conejillos de indias digitales que se lanzaron al encuentro de mi docente- conejillo de indias digital porteño.
Vale mencionar los sitios de donde procedían o se conectaban: Argentina (22 personas): Bariloche y Cipoletti, pcia. de Río Negro; Oberá y Posadas, pcia. de Misiones; Rosario, Santa Fe y Venado Tuerto, pcia. de Santa Fe; Mar del Plata, Tres Arroyos, Pergamino, Pehuajó y Villa Gesell, todas de pcia. de Buenos Aires; Bell Ville y Córdoba Capital, pcia. de Córdoba; Neuquén, pcia. de Neuquén; San Juan capital, Pcia de San Juan; Río Gallegos, pcia. de Santa Cruz y Banda del Río Sali, pcia. de Tucumán/ Bolivia (2 personas): Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra/ Chile (1): Santiago/ España (3): Barcelona, La Cartuja baja- Zaragoza y Mairena del Actor/ Venezuela (1): Caracas/ y fuera de Iberoamérica -aunque iberoamericanxs ellxs-: USA (2): Maryland y Oakland/ Noruega (1): Bergen
Lxs inscriptxs también tenían muy diversa ocupación: actores y actrices (11); bailarinxes (2); directorxs de teatro (2); productorxs de teatro y eventos (2); docentes de teatro (4); estudiantes de teatro (3); editora teatral (1); docente de música (1) y después fuera del campo escénico pero con ganas de incursionar: artista plástico, fonoaudióloga, diseñadora gráfica, profesora de letras, antropóloga social, docentes de enseñanza primaria y secundaria, guía de turismo, comerciante y economista.
¿Sentís que tu forma de dar clase cambió luego de la pandemia?
Creo que lo que cambió desde la pandemia de COVID-19 a la actualidad, son los modos con los que lxs alumnxs acceden y se mueven por toda la plataforma del curso con una facilidad y una rapidez de antes no tenían (o no tenían todxs) y eso contribuye a un feedback que me estimula y me potencia y a su vez genera encuentros, como me gusta llamar a las videoconferencias, y cursadas mucho más fluidas, dinámicas y enriquecedoras.
¿Por qué es importante que exista un curso a distancia de producción y gestión escénica?
Si bien en la actualidad aparecen más instancias de formación/capacitación en producción ejecutiva de artes escénicas sistematizadas, son fundamentalmente asignaturas de carreras de grado o posgrado en Gestión Cultural y no en carreras específicas en la materia.
Por eso es importante que para quienes no puedan acceder a lo universitario o para quienes no tengan el tiempo ni el interés en abordar carreras de 2 a 4 años o para quienes vivan en países de iberoamérica en donde no haya este tipo de formación, puedan existir estos talleres y/o cursos específicos, como el que motiva este artículo o los que dictan otrxs colegas de APPEAE de forma presencial.
¿Por qué un segundo nivel?
En el curso a distancia de nivel inicial nos introducimos y enfocamos en la producción escénica en general con una orientación hacia los proyectos escénicos autogestivos o independientes, y está destinado a aquellas personas con algún vínculo de estudio o de trabajo con lo escénico, quieran o no dedicarse a la producción ejecutiva de estas artes.
En cambio, el segundo nivel o nivel avanzado del curso está dirigido a quienes quieran especializarse en el rol y que hayan hecho el nivel inicial y quieran tener continuidad y/o a quienes tengan experiencia profesional y quieran profundizar sus conocimientos a nivel proyectos escénicos de mediana y gran escala.
Para concluir, ¿Qué aprendiste vos dando cursos a distancia?
Ser el conejillo de indias digital y primigenio del CELCIT a distancia, lo cual agradeceré eternamente a Pablo y Carlos Ianni y a todxs quienes colaboraron desde la administración y la coordinación celcitiana, me permitió aprender un modo de encuentro con lxs estudiantes y de dictado de clases diferente, estimulante y renovador CELCIT que contribuyó enriqueciendo la dinámica de los cursos presenciales que dictaba en el mismo celcit o en otras instituciones. por eso me gusta decir que a pesar de llamarse curso a distancia, me/nos demostró a todxs que no la había ni la hay. a la distancia me refiero.
Por otra parte, me dio los necesarios know how y fortaleza pedagógica para abordar a partir de los años siguientes el diseño y desarrollo de una asignaturas virtuales de técnicas de producción escénica para la Universidad Nacional de Tres de febrero -UNTref-; para las maestrías de Administración de Organizaciones Culturales y Creativas (UBA) o en Creación y Dirección Escénica (UNIValle, Colombia); para la Tecnicatura en Gestión de la Cultura (CLAEH, Universidad para la Cultura, Uruguay) o incluso para el armado desde APPEAE del 1° Diplomado Universitario en Producción de Artes Escénicas para la Región Nuevo Cuyo en modalidad virtual.