Desde los primeros ecos del grotesco criollo en la dramaturgia de Armando Discépolo —donde el humor y la tragedia conviven en personajes desbordados por el desencanto social— hasta las formas más actuales del clown como dispositivo escénico y político, el teatro argentino ha sabido habitar el exceso, la incomodidad y la risa como lenguaje crítico. En ese linaje complejo y vital se inscribe el trabajo de Mariángeles De Toro, una intérprete que explora la comedia, el grotesco y el clown con una entrega física y emocional que conmueve y desarma.
Su recorrido dialoga con las huellas de Tato Pavlovsky y su teatro del cuerpo y la violencia, con las teatralidades de Los Macocos o la irreverencia de Las Ramponi, y con los nuevos lenguajes del clown que hoy habitan la escena independiente. Desde la formación actoral clásica hasta el entrenamiento físico y poético del clown, su búsqueda se despliega en un territorio donde el humor no es simple entretenimiento, sino una vía de exploración de lo más humano, lo más absurdo y lo más urgente.
En esta entrevista, Mariángeles comparte su mirada sobre la escena actual, sus procesos creativos y el poder del ridículo como herramienta de verdad y resistencia.
1. A lo largo de tu carrera, ¿qué te atrajo particularmente de la comedia?
Gracias por estas preguntas disparadoras que ojalá sean inspiración para quien esté comenzando ésta travesía. Disfruto ver a la gente reír. Fui una niña triste que se reía de los chistes que contaba su abuelo materno, los anotaba en un cuaderno especialmente para ello y se los contaba a las visitas. Ahí comprobaba también cuales eran más graciosos.
Como actriz, la risa del público, a veces funciona como la forma más visible de aceptación al trabajo durante la escena.
2. ¿Cómo fue tu primer acercamiento al género? ¿Siempre tuviste facilidad para hacer reír?
Mi acercamiento fue hacia la actuación, primero en teatro. Mi curiosidad estaba puesta en la interpretación, expresión y construcción de un personaje. De acuerdo a sus características. Así como lo es en el humano, son diferentes y pueden provocar diferentes reacciones y emociones. Mi foco está puesto en la construcción de cada una de esas diferencias lo más humanas y creíbles posibles. El alma humana contiene lo trágico y cómico. Un hecho cómico contiene tragedia en un punto y viceversa. Confieso que hay oculta una expectativa de lograr tocar el alma del público, pero mi foco no está orientado en hacer reír, llorar, etc, sino será la consecuencia o no de un trabajo previo. Lógico que escuchar la risa del público alimenta a mi “actriz” y potencia la escena. Creo que le quitamos la magia cuando nos “hacemos los graciosos” fuera del marco de un personaje, y el público lo nota. Prefiero elegir otro camino más complejo, pero más satisfactorio para ambos. Además, a nivel personal y profesional nos suceden diferentes emociones ante un mismo hecho, porque somos diferentes. Tal es así, que en situaciones conflictivas, un personaje, llevado a la exageración, puede provocar risas, espanto o confusión en el espectador. Ubicar el foco en la creación del personaje, y sus circunstancias nos puede llevar a mejor puerto.
3. ¿Sentís que la comedia ha cambiado con el tiempo? ¿Cómo te adaptaste a esos cambios?
¡Claro! es evidente que la humanidad está en continua transformación y se refleja en el arte. Los parámetros de la expresión artística variaron en sus lenguajes y formas, como también, lo que ayer nos provocaba risa, hoy no, exceptuando a los grandes de la comedia, como Charles Chaplin, Niní Marshall, Les Luthiers, y tantos otros artistas sublimes que nos ha compartido la radio, el teatro y el cine.
De acuerdo a tantos cambios, hoy el arte nos requiere la capacidad y la flexibilidad para adaptarnos, asumiendo los códigos del juego, en especial aquellos que no se declaran, pero anhelo más espacio para todos, porque somos únicos y diferentes. Y en tantos años de elegir trazar por mí misma el camino, con todo lo que eso implica, hago propia la frase “Desde que aprendí a caminar, corro. Y desde que aprendí a volar, no me gusta que me empujen para cambiar de sitio” (Nietzsche)
4. ¿Cuáles son los mayores desafíos de hacer reír en el teatro en vivo?
El mayor desafío en la actuación en general es habitar el presente. El pretender hacer reír nos carga de expectativas que nos aleja del trabajo emocional. Confío más en ser el producto artístico. Mi objetivo no es hacer reír sino seguir la línea de acción de un personaje, a menos que el objetivo del personaje sea hacer reír. Lo que le pase al público con eso no es el objetivo inicial de un actor, pero sí, un indicador que nos muestra la efectividad o no del trabajo general, antes y durante la escena.
Sobre la obra “Vitel Toné”
5. ¿Cómo nació la idea de esta obra y qué te atrapó del proyecto?
El guion de “Vitel Toné” es de Daniel Mancilla, quien me convocó nuevamente en este proyecto. Trabajé en otra comedia de su autoría, (“Amontonados”) en el 2024, también en el Paseo La Plaza. Con “Vitel” hicimos dos temporadas, la primera en El Vitral y la segunda en Paseo La Plaza. La obra está compuesta por 3 escenas principales, de distinto tenor. Dani me convocó para la de comedia. Me atrapó la idea de crear un personaje devastado por tantos años de docencia. En un tiempo, también trabajé como docente en diferentes niveles de educación, lo que alimentó mis recursos internos y expresivos. A su vez, mi personaje llamado “Mabel Gutiérrez, me permitió mostrar la hipocresía del ser humano en sus interacciones cotidianas. Podemos ser “políticamente correctos” hasta que somos tentados por alguna conveniencia personal. Por otra parte, con mi partenaire de escena, Patricia Imbroglia, nos reencontrábamos después de 10 años de haber actuado juntas en un coro humorístico teatral y fue toda una sorpresa.
6. La obra combina clown y grotesco, ¿cómo fue el proceso de trabajo con estas técnicas?
La dirección artística de Daniel Mancilla y Sebastian Chamorro, con la asistencia de Fernanda Castellan, me dejó libertad para crear este personaje, dentro del marco del guion teatral por supuesto. A través de los ensayos fuimos descubriendo formas clownescas que hacían un buen contrapunto con el personaje de “Rita” (Patricia,). Descubrí también que la postura corporal me permitía jugar más con lo grotesco. Mabel, tiene desparpajo, desfachatez, practicidad y grotesco y al mismo tiempo que admiro, me provocaría vergüenza encontrármela en un lugar público.
Mi construcción fue libre, entendiendo los objetivos, la línea de acción, creando una historia previa, una mini biografía, y sus pasos por la docencia hasta llegar al encuentro con Rita.
7. ¿Qué elementos del clown te resultan más desafiantes y cuáles disfrutas más en escena?
Sin dudar, la entrada es la que me resulta más desafiante. Irrumpir es siempre desafiante. ¡Y a la vez placentero! También las sincronicidades con Patricia y el personaje del mozo, realizado por Catriel Labat. La sincronicidad en algunos momentos plantea un código de comunicación muy interesante.
8. El grotesco tiene un componente de exageración y a veces de crítica social. ¿Cómo se juega eso en “Vitel Toné”?
La exageración mezclada con el humor, en general hace más digerible la realidad y a mi entender, siento que en Vitel, la crítica desenmascara formas de ser y vínculo políticamente correctos, que por conveniencia se desvanecen.
9. ¿Cómo preparas un personaje cómico? ¿Tenés algún método o ritual previo a salir a escena?
La verdad es que no tengo ritual, mi método está conformado por una mezcla de muchas cosas que fui aprendiendo a lo largo de todos estos años. Pero es fundamental el espacio lúdico para la creación, desde el vacío. Una mente revuelta en preocupaciones, no tiene libertad para ello. Hay una técnica del libro “El camino del Artista” llamada páginas matutinas que sirve para los bloqueos en la creación. Lo más importante para mí es la disposición al juego, a lo lúdico, soltar el miedo al ridículo, aprender a reírnos de nuestras miserias y trabajar las expectativas.
A partir de allí, todo fluye. Pero los adultos sostenemos muchos prejuicios hacia lo lúdico y el deber ser y nadie quiere verse ridículo, ahí está el tema. Con respecto a la creación, sé que es muy loco ésto pero espero ser clara, siento que viene desde adentro, se me desprende un “alguien” al que le sucede una historia, el texto se desprende de mí desde ese “alguien”, ya sea que luego inspire risa, enojo, alegría o la emoción que genere.
10. ¿Qué referentes de la comedia te han inspirado en tu carrera?
En primer lugar, nuestra gran Niní Marshall, tan adelantada a su época, Charles Chaplin, Juana Molina, Antonio Gasalla, Peter Capusotto, son algunos.
11. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a la comedia en teatro?
Lo felicito. El mundo necesita más liviandad. En la actuación en general, para cualquiera que desee comenzar este camino que es diferente para cada uno, le preguntaría ¿Qué busca? ¿Para qué? Esa respuesta lo va a acercar a la conciencia de su propia voz. Le diría que esté dispuesto a conectarse con su “aquí y ahora”, a bucear en su historia personal, a trabajar íntimamente y en honestidad consigo mismo. Que aprenda a reírse de sus miserias y sus dolores. Que sane su historia para poder desdramatizarla y vivir con más liviandad. Conectar con sus creencias con respecto a muchas cuestiones, aceptar el rechazo y también la aprobación. Estar dispuesto a desafiar los límites e ir hacia lo desconocido, y lo socialmente cuestionable, requiere coraje. ¡Avanti!
12. ¿Cómo influye la respuesta del público en cada función?
La respuesta del público es como un termómetro, puede indicar o no los aciertos y desaciertos tanto de la dirección como de la actuación. Luego se trabaja donde requiera. En Vitel Toné, agradezco mucho el reconocimiento y afecto de tantas docentes que se vieron reflejadas en Mabel y las “secuelas” psicofísicas producto de tantos años dedicados a la educación.
13. En un mundo donde el entretenimiento digital avanza, ¿qué lugar ocupa hoy la comedia en el teatro?
Me asusta un poco tanta vorágine, también en lo tecnológico, no solo en lo profesional. La presencia del teatro es fundamental más en tiempos caóticos. ¿Qué fantasía se esconde detrás del entretenimiento digital? ¿Será la de llenar un vacío espiritual que sí lo satisface la maravillosa convención ilusoria del teatro? La experiencia vital desde ambos lugares (público y actores) es irreemplazable, única.
**Mariángeles De Toro: Actriz versátil, desde 1994 comenzó su formación Actoral en Teatro, Clown Comicidad, Dirección teatral y puesta en escena (método Gené) y Actuación frente a cámara. Algunos de sus maestros fueron Mariano Musó, Rafael Fernandez, Mariana Brisky. Eduardo Calvo, Mechi Hernandez, Jorge Paladino, Luis "Indio" Romero. Participó en obras de A.Strindberg, A. Chejov, Griselda Gambaro,R. Arlt, Shakespeare, J.Paladino, entre otras. Las últimas de Daniel Mancilla y obras de creación propia. Coordinó talleres de Expresividad en Institutos de Formación Docente y creó variedad de personajes.