Hacer teatro independiente en cualquier parte del mundo no es una tarea sencilla. Tampoco es fácil montar una ópera prima. Por suerte, aún existen los colectivos entusiastas que pese a estas dificultades se aventuran en este tipo de quijotadas teatrales.
Desde fines del año pasado y gran parte de este primer semestre un grupo de actores, actrices y diseñadores están preparando la ópera prima de Julieta Núñez denominada El abrazo de la mantis orquídea. Esta obra, escrita por la periodista y productora uruguaya, ha despertado el interés en Sebastián Calderón quien dirige dicho espectáculo.
Bajo el calor sofocante que nos azotó en los primeros días de marzo, tuve la oportunidad de encontrarme con el equipo en la ex Casa de los siete vientos, lugar en el que se realizará este espectáculo. En la pequeña terraza de dicho espacio, luego de haber presenciado parte del ensayo tuvimos una charla para que intercambiaran información sobre la pieza, las motivaciones y los desafíos a los que se enfrentaron.
¿Cómo surgió la idea de formar este proyecto y qué fue lo que los llevó a trabajar juntos?
Sebastián Calderón: Con Juli (Julieta Núñez) compartimos un taller de dramaturgia. Ella estaba trabajando en este texto y yo le dije que me gustaría dirigirlo. Esta es su ópera prima. A partir de eso, todo el año pasado fui masticando el texto y luego buscando las estrategias para hacerlo viable. A fin de año armamos el equipo con Agus (Agustina Modernel) y con Anita (Ana Fernández). Lo de ellas fue una invitación, lectura del texto y creo que no hay mucho más misterio, ¿no? fue así como se armó.
Agustina Modernel: Creo que la motivación inicial fue de ustedes de querer hacer ese texto y a nosotras nos llega esta invitación. Por diferentes motivos cada quien se colgó para hacerlo y se armó el grupo. Todo se fue dando con estas condiciones: juguemos a montar este texto en este tiempo.
¿Cuáles fueron los desafíos más grandes que tuvieron a la hora de trabajar juntos? Por lo que me comentaba previamente Sebastián, nunca habían trabajado juntas ¿a qué desafío se enfrentaron ustedes?
Agustina Modernel: A mí una de las cosas que me motivaba era trabajar con gente nueva. Nunca había trabajado con Anita, ni Seba ni con Juli ni con Sofi (Sofía Episcopo). En eso había un gran desafío que era enfrentarme a nuevas personas. Eso en cierta medida te hace moverte de la zona de confort, abandonar lo conocido, el modus operandi que ya tengo con otros grupos. A pesar de no haber trabajado antes, y sin ser muy romántica, mi experiencia fue muy enriquecedora, me sentí muy cómoda.
De antemano uno de los desafíos principales que iban a presentarse era el tema de la escucha y cómo ser permeable y flexible a las formas de los otros. También atravesar esas resistencias que a veces aparecen de manera natural. Todo eso se fue dando de forma orgánica. En ningún momento fue una cosa que me quitara el sueño. Por ejemplo mirando el trabajo de Anita sacaba piques, ella me proponía cosas a pautar que quizás yo no necesitaba pero que ella sí, entonces lo acordábamos.
Ana Fernanández: En mi caso, el motor principal fue el desafío de salir de las formas con las que venía trabajando anteriormente. Yo también tengo mis grupos particulares y mis maneras de entender el teatro. Había en la pieza algo estimulante a nivel actoral, esta cuestión de poder convertirme en diferentes seres. Cuando todo comenzó a rodar fue una experiencia muy gratificante.
Además, ellos son mis exalumnos. Esta era la oportunidad de conocerlos desde otro contexto. También me interesaba hacer esta opera prima. El mayor desafío que hemos tenido en este proceso de ensayos es el de la espacialidad. Empezamos ensayando en el apartamento de Seba, después logramos conquistar este espacio, nos trasladamos de la sala para esta terraza. Todo esto implicó un esfuerzo importante pero que disfruto hacerlo porque es la forma que yo elijo para trabajar, cuando está la idea de familia, cuando el amor está rodando por ahí.
Todos estamos en el mismo barco, todos estamos siendo conscientes del proceso y lo que ello implica. Todos buscamos una solución del lugar donde vamos a ensayar y las cosas que necesitamos para que el ensayo fluya.
¿Qué fue lo que atrajo del texto para convertirlo en parte de este proyecto?
Sebastián Calderón: En este texto había algo muy claro desde el principio, incluso antes de que el texto esté listo: establecía un dispositivo escénico que a mí me gustaría ver. Había una lógica de mucha prevalencia de la actuación por sobre cualquier otro estímulo. A su vez, esa actuación tenía el desafío de ser un texto que no me pertenecía - esta es la primera vez que dirijo un texto que no me pertenece - pero además que una de las actrices encarna múltiples personajes, todo eso me resultaba interesante.
Por otra parte, pese a ser una ópera prima, la hipótesis de escena era muy clara; tenía una idea de teatro muy fuerte.
¿De qué va esta obra?
Julieta Núñez: La obra trata de una experiencia terapéutica alternativa, fantasiosa, en la que hay una gran presencia de las emociones.
Para empezar, la idea tenía muchos elementos que me proporcionaban curiosidad: el espacio de la terapia que es un lugar que, en lo personal, me encanta. Después esa idea bastante loca de que los psicólogos saben toda la vida de muchas personas, eso siempre me pareció bastante loco. Todo esto está atravesado por una base personal muy fuerte. Si bien cuando me preguntan si está basado en mi vida prefiero no decirlo, es obvio que, bueno, algo de mí está en esta pieza. Yo empecé a escribir porque tenía ganas de hacerlo. No tenía una idea clara, fui encontrando esta idea en el camino.
Cuando empecé a escribir, estaba en un proceso de cambiar de terapeuta después de 18 años. A su vez, estaba atravesando unas cuantas sacudidas emocionales que son constitutivas de mi persona. Todo esto se fusionó en el proceso creativo y dio como resultado esta obra.
En síntesis, se trata de una terapia diferente y de una persona que se encuentra en un momento de emociones trascendentales para su vida y para su entendimiento de lo que lo rodea.
Ana Fernández: Más allá de la persona concreta y de la terapia concreta, yo creo que también son como situaciones en donde uno puede empatizar fácilmente ¿no? Los distintos tipos de amor que nos constituyen a todos. Es una obra que habla de los vínculos. El vínculo con la madre, con el padre, situaciones reconocibles. La vez que te dejaron, la vez que dejaste. Tiene los lugares donde uno puede encontrarse.
¿Y cómo surge la posibilidad de hacerlo en este espacio?
Esta sala es histórica, tiene unos 25 o 30 años. Era La casa de los siete vientos. Con la pandemia empezó a cerrar de a poco y este año se puso en alquiler. Acá ya estaba funcionando la escuela de cine Panóptico. Ellos decidieron que, además de seguir con la escuela, sería buena cosa hacer un proyecto paralelo de convivencia con un espacio teatral. De ahí es que surge La incorrecta. Este espacio es de gente amiga nuestra. Desde un principio me pareció una sala que estaba buena para hacer este tipo de proyectos. Ni bien lo presentamos, nos dieron facilidades que para nosotros son un montón, como el hecho de tener días centrales para hacer las funciones que suele ser algo difícil de conseguir. Además de poder ensayar en el lugar.
¿Cuándo estrenan? ¿Cuáles son los días y horarios en los que van a estar haciendo funciones?
Sebastián Calderón: Estrenamos el 5 de abril. Vamos a estar los sábados a las 21hs y los domingos a las 20:30hs. Estaremos con funciones en abril y mayo en principio. Es una obra que está pensada para 40 espectadores. Las entradas se consiguen mediante una reserva previa.
Ficha técnica
En escena: Agustina Modernel Barbat y Ana Fernández Ferrin.
Dramaturgia: Julieta Muñoz Tomas.
Diseño integral: Sofía Episcopo.
Diseño sonoro: Sebastián Torres.
Dirección: Sebastián Calderón Henry.
Reservas: 098766698