Esta pieza del dramaturgo franco-uruguayo fue escrita en el año 2018 y cuenta con cinco versiones previas a la uruguaya que fueron realizadas en diferentes partes del mundo (Bogotá, Río de Janeiro, Mérida, Madrid y Latina). La versión uruguaya es dirigida por Felipe Ipar y cuenta con adaptaciones que nos permiten ubicarla en el contexto local.
Alex es un joven de treinta y tres años de edad que ejerce la prostitución. A lo largo de la pieza este personaje irá contando sus experiencias con clientes, los desafíos a los que se enfrenta a diario y retazos traumáticos de su vida.
Con el fenómeno de la Globalización, aflora una violencia que hace que todo resulte intercambiable, comprable, y por ende, comerciable. Este sistema mercantil global genera profundas desigualdades. El mundo se abre en oportunidades para todos, pero algunos no cuentan con las mismas posibilidades de acceso. La vida de Alex es la de muchos jóvenes que por dificultades económicas y por escasos recursos familiares se ven forzados a ofrecer su cuerpo con el fin de poder subsistir. Su cuerpo pasa a ser su instrumento primario, la fuente de la venta y la herramienta que satisface el deseo sexual de los clientes.
Durante la pieza, el protagonista irá zurciendo ese mundo que habita, describiendo de manera detallada su trabajo y los excesos a los que se ve expuesto. También desentrañará las actividades que están vinculadas al mundo de la prostitución como las relaciones con el poder, el mundo de las drogas, las bandas criminales y la violencia exacerbada. Con un lenguaje punzante y a través de imágenes desgarradoras vivenciamos la cotidianidad de los vencidos, de los que no llegaron, de los que perdieron, de los que transitan las zonas periféricas de la ciudad y vienen al “centro” para poder ganarse un plato de comida a costas de arriesgar su vida.
La escena cuenta con pocos elementos: una moto, una parada de ómnibus, algunos libros, un bolso con ropa y un micrófono inalámbrico con su correspondiente brazo extensible. Desde que se habilita el acceso del público a la sala, se puede apreciar a Sebastián Serantes, reconocido actor del sistema teatral uruguayo, moviéndose de un lado a otro del escenario. Sus pasos se igualan a los de una fiera encerrada en una jaula el zoológico y sus movimientos denotan incomodidad por su exposición ante el auditorio. A lo largo de la pieza, el personaje se desnuda capa a capa, dejando al descubierto las cicatrices de su historia. La intensidad emocional en su actuación, nos permite conectar profundamente con la experiencia del protagonista. El trabajo de Serantes al esculpir a Alex es destacado, demostrando un notable rigor en la construcción del personaje. Cada detalle fue cuidadosamente trabajado para capturar la complejidad emocional de este joven.
Cabe destacar la labor del equipo creativo que desarrolló un dispositivo escénico apropiado, un gran despliegue de luces y una ambientación sonora de primer nivel generando una atmósfera apropiada para este espectáculo teatral. La dirección escénica permitió el equilibrio perfecto para que la composición de Alex no incurriera en el cliché o en una representación artificiosa.
Esta obra se erige como una llamada al diálogo, una invitación al debate sobre las masculinidades, la violencia y la tan debatida prostitución. A través de un trabajo cuidado y sin recurrir al discurso moralizante, Tráfico nos interpela como sociedad sobre qué podemos hacer para cambiar el final de los más carenciados y hasta qué punto somos capaces de romper con el espiral repetitivo de la violencia.
La temporada irá hasta el 9 de febrero. Las entradas están a la venta en Tickantel.
Ficha técnica
Texto: Sergio Blanco
Dirección: Felipe Ipar
Actuación: Sebastián Serantes
Diseño escenográfico, vestuario y caracterización: Nicolás Cabanelas
Diseño de iluminación: Renata Sienra
Diseño sonoro: Emiliano Boné
Asistencia a la dirección: Ana Goycochea
Producción general: Sebastián Pintos.