Con Néstor Caniglia, Claudio Martinez Bel.
Supervisión dramatúrgica: Mauricio Kartun. Dirección: Enrique Federman
De Néstor Caniglia, Enrique Federman, Claudio Martinez Bel
Con: Néstor Caniglia, Claudio Martinez Bel
Asesoramiento de vestuario: Marta Albertinazzi
Asesoramiento musical: Carlos Gianni
Supervisión dramatúrgica: Mauricio Kartun
Dirección: Enrique Federman
CELCIT. Temporada 2012
Dos hombres con sus mascotas se encuentran en un parque. Uno es viudo y el otro, separado. A partir de sus vínculos con sus perras aparece su relación con las mujeres: amor, violencia y rutina. Sus pasados y presentes se van escenificando y estos animales imaginarios adquieren una personalidad propia, de modo que el espectador termina por creer que están allí. La gestualidad y la fantasía se suman como elementos claves En este juego actoral se da un intenso entrecruzamiento entre los hombres y su ferocidad latente. El espectáculo nació a partir de una creación colectiva, que contó con el asesoramiento autoral de Mauricio Kartun. La dirección de Enrique Federman intensificó los vínculos, marcando climas a través de la excelente e imaginativa iluminación de Jorge Merzari. Dos actores Claudio Bel y Néstor Caniglia, demuestran que no se necesitan elementos para crear una atmósfera plagada de matices, para convocar sonrisas y reflexiones.
Enrique Federman va más allá. Lejos de buscar en el escándalo y la exhibición en cuantiosas dosis, este director y dramaturgo cree que hoy la transgresión pasa por”hacer un espectáculo profesional, cuidado y de calidad”. La receta de “Perras” incluye este principio, a Mauricio Kartun como colaborador autoral en esta creación colectiva y a dos excelentes actores-clowns. Claudio Martínez Bel y Nestro Caniglia, ambos forman parte del elenco de la genial “No Me Dejes Así”, también dirigida por Enrique Federman. Martinez Bel y Caniglia interpretan esta vez a dos hombres que se encuentran una tarde en una plaza cuando sacan a pasear a sus perras. El dueño de Yanina (Caniglia) parece ser un hombre sensible y absolutamente informado de todas las novedades en entrenamiento y cuidado de caninos. Su setter es mucho, pero mucho, más que su mascota, es su compañera, casi se olvida que es un animal. El dueño de Colita (Martínez Bel) es un tipo rudo. La relación que mantiene con su cachorra es violenta y roza el sadismo. Los dos hombres representan dos puestas en práctica distintas de la perversión. Mientras conversan sobre sus mascotas, hablarán de ellos, de sus esposas, de sus madres y, poco a poco, empezarán a expresar sus patologías más profundas. Los espectadores seremos testigos de estos estallidos juego de iluminación mediante. La obra transcurre en un escenario despojado de cualquier tipo de escenografía, no hay ningún objeto en escena y el vestuario es costumbrista. Esta decisión de puesta en escena, que deja entrever la aguda y meticulosa dirección de Federman, logra que se destaque y potencie el trabajo actoral y principalmente gestual de los intérpretes. “Quisimos trabajar sin subrayados para construir un humor invisible que nunca revela su artificio”, asegura el director de Perras. Con dos obras más en escena, “Viene Sucediendo” y “Pervertido por Accidente”, Enrique Federman es un reconocido estudioso del humor. Sus últimos trabajos son resultado de investigaciones colectivas sobre las distintas herramientas físicas y gestuales en el teatro. En esta obra incorpora elementos del absurdo y del grotesco que añaden a la puesta un tono impune a la hora de hacer reír. En resumidas cuentas, el gran logro de Federman es generar una puesta experimental que es parte y producto de una investigación y volverla apta para todo público, es decir, no solo para expertos
Nada fuera de lo común: dos hombres paseando con sus mascotas en un parque. Pero el encuentro sucede en un teatro y la función termina con el público aplaudiendo de pie. El espectáculo “Perras” es el resultado de una creación colectiva con el toque diestro del dramaturgo Mauricio Kartún. Sucede mucho más que una pacífica salida con el querido animal. ¿Se trata de dos hombres obsesivos y apasionados de sus animales o más bien tiene que ver con la violencia siempre oculta en el comportamiento humano?
El espectador tiene inmediatamente un polo a tierra en la relación entre los hombres y sus mascotas. Néstor Caniglía y Claudio Martínez Bel componen personajes bien diferenciados. El amo de Yanina es meloso y cuando empieza la acción la trata como si fuera un bebe: es orgulloso y fanfarronea su aparente dulzura con un toque de infantilismo. Pero la competencia con el amo de Colita es constante, pues se muestra tonto ante cada acción del animal y goza menospreciándolo. Colita lo divierte, pero debe verla y sentirla como un ser inferior.
Detrás del supuesto amor o la pretendida preocupación por sus perritas, emergen conductas bien oscuras, perversas, tiránicos, humillantes y de gran competencia. Las perras a primera vista serían la simbolización del mundo femenino, pero además introduce en la sala—mediante una gran dosis de humor—el mundo de los seres humanos, lleno de las más disparatadas contradicciones.
Llega un momento cuando los dos hombres parecen transmutar, pero en realidad ellos descubren violentamente que en realidad no son tan distintos, en realidad parecen ser cómplices.
El espectáculo tiene varios lenguajes—el texto brillante planteado por Kartún que explora lo turbio de las relaciones humanas; la gestualidad elocuente de los actores; el uso de la voz; la mirada; el silencio. El director Enrique Federman ha podido aprovechar la gran expresividad de los actores para jugar con el gesto, el absurdo, el grotesco, con elementos de clown.
Canigilia es un divorciado histérico y obsesivo de cuerpo y alma. Martínez Bel enfatiza la pantomima. Los dos componen sus personajes con gran minuciosidad, convirtiendo cada acción y cada gesto en un mensaje teatral profundo. A través de sus metamorfosis van elaborando imágenes que van del autoritarismo, el machismo, la misoginia, la represión sexual, lo patético de los seres humanos, todo desde un humor físico y verbal que incomoda y a la vez hace reír. Pueden ser dos hombres actuales en prácticamente cualquier sociedad.
El director Federman ha sido premiado como director por “Perras,” “Dr. Peuser” y “Hasta que me llames.” (Teatro del Mundo Mejor Director, Premio Clarín y Premio ACE).
En algún punto, el público del teatro off es mucho menos concesivo que el del llamado teatro comercial. Por lo tanto, no es habitual ver una sala casi llena aplaudiendo de pie. Es lo que ocurre al finalizar "Perras". Dos hombres muy distintos que pasean a sus mascotas se conocen fortuitamente en la plaza. En sus comportamientos se reflejan los de aquellos obsesivos apasionados de sus animales. El amo de Yanina -el nombre no es fortuito- es meloso y la trata como si fuese un bebe. Es su orgullo, se ufana y fanfarronea en actitud casi infantil. La competencia con el amo de Colita -nombre perfecto para ser perra de semejante dueño- es permanente. Se muestra estúpido ante cada acción del animal y goza menospreciándolo. Colita lo divierte, pero él necesita verla y sentirla permanentemente como "un ser inferior". Pero detrás del aparente amor o de la pretendida atención que parecen dispensar a sus perritas, se esconden conductas oscuras, perversas, despóticas, competitivas y humillantes. Las perras no sólo son una referencia al género femenino, sino un elemento que sirve de disparador para abrir este abanico de síntomas y conductas ocultas por un velo delgado. Aclaración: no es una obra feminista sino humanista. La transmutación ser humano-animal tiene un crescendo que estalla violentamente cuando estos dos seres se descubren, hasta que crean complicidad y se dan cuenta de que no son tan distintos.
CLASE MAGISTRAL. Esta creación colectiva, a la que dio forma verbal Mauricio Kartún, explora esa zona turbia interpuesta entre la persona y su sombra, y tiene una semiología apoyada en la actitud y la gestualidad. A su vez, incorpora elementos del absurdo y del grotesco que pintan la pieza con un humor despiadado. En este punto, el mayor mérito es del director Enrique Federman y de los actores Néstor Caniglia y Claudio Martínez Bel. Sus herramientas son la gestualidad, las técnicas del clown y la intención física. Caniglia compone a un divorciado histérico y obsesivo en una postura corporal que define al rol. En tanto, Martínez Bel juguetea más con la caricatura y la pantomima gestual. Ambos trabajos son brillantes. Además de ser un clown brillante, Federman es un estudioso de las bases del teatro y uno de los mejores conocedores de la aplicación de las herramientas físicas y gestuales en beneficio del humor y la dramaticidad. "Perras" lo vuelve a demostrar. Es un trabajo artesanal con una puesta brillante, detallista y generosa, en la que cada componente tiene una narrativa funcional. El vestuario es sencillo, aunque muy bien ajustado a la personalidad de cada rol y ante la deliberada ausencia de escenografía, la puesta de luces es protagonista. Cuando las patologías explotan, las luces no sólo enmarcan sino que cuentan, reubican y desplazan ámbitos. Para todo tipo de público, una joya del teatro off, que -sin exageraciones- es una clase magistral de teatro
Un parque. Dos hombres cumplen la rutina de sacar a pasear a sus perras. El dueño de Yanina (Néstor Caniglia) se muestra pulcro y cuidadoso. El dueño de Colita (Claudio Martínez Bel) despreocupado y poco sensible. Yanina pareciera ser una setter; Colita, de raza indefinida. Pero a la vista del espectador, solo los actores en el espacio vacío y su juego, un gran trabajo de observación que permite reconstruir acciones con minuciosidad antropológica, para involucrar al público desde el primer momento, desde un inicial y aparente humor amable. Desde ese primer llamado, una construcción de lo ausente, comenzando por la ausencia real de los dos animales en el escenario y siguiendo en la ausencia actual de las mujeres en la vida de sus dueños. Ausencia que es también falta de superación por la falta de la mujer y carencia detallada a medida que los dueños van intercambiando su vivencia, dejando poco a poco, datos para abrir el juego, desde la doble intención -y algunos momentos divertidos, como el duelo de silbidos- a las más crudas de las miserias. En sus metamorfosis van describiéndose imágenes del autoritarismo, el machismo, la misoginia, la represión sexual. Un cuadro que se construye a partir de una inusual coordinación entre los distintos responsables de la obra. En el escenario durante toda la obra, los dos protagonistas (Caniglia basado más en la postura física, Martínez Bel en lo gestual) llevan al público por los caminos de sus respectivas angustias y lacras, pasando de lo patético a lo costumbrista, de la carcajada a la reflexión, sorprendiéndolos en parajes oscuros donde la ferocidad impacta e incomoda, para después descomprimir la tensión (creada casi instantáneamente) en puentes de refinado humor clown. Tanto en esos momentos como en esas explosiones de furia primaria y salvaje, los movimientos se muestran guiados por una gran precisión coreográfica y los desbordes, contenidos por la dirección. "Perras" es así una mirada a dos hombres de la clase media actual, inmersa en medio de un momento violento y brutal, donde la supervivencia es en muchas formas no metafóricas, animal.
La acción transcurre en una plaza, donde dos hombres pasean a sus mascotas, Yanina y Colita, con las que se identifican de una manera tan compleja e intensa que resulta perturbadora. El dueño de Yanina (Néstor Caniglia) es un especialista en la crianza de perros y le dedica a su setter -de excelente pedigrí- una atención rayana en el enamoramiento. En cambio, el dueño de Colita (Claudio Martínez Bel) mantiene con ella una relación mucho más inestable, basada en el autoritarismo y el juego sádico. Ver a estos dos magníficos comediantes trabajando en un escenario desnudo y sin ningún tipo de utilería es algo que no deja de sorprender. Gracias a sus variados recursos expresivos, ambos logran que el público pueda ver en escena a esos dos animales revoltosos que se someten al llamado de sus dueños. Los primeros tramos de la obra acercan una caricatura amable en torno a los curiosos vínculos que los seres humanos suelen entablar con sus mascotas. La charla entre estos dos hombres de barrio da pie a un intercambio de datos sobre veterinarios y destrezas caninas. Entre medio se van infiltrando, casi imperceptiblemente, una serie de anécdotas y comentarios que dan cuenta de la terribles carencias de estos dos seres solitarios. Por momentos, se hace muy difícil distinguir a quién se dirigen o de qué vínculo están hablando; ya que en el trato que le dispensan a sus animales aparece, de tanto en tanto, la imagen del hijo, de la mujer maltratada o de la novia que se suicidó.
COSTUMBRISMO. El humor basado en el apunte costumbrista va dando paso a una densa trama de conflictos psicológicos de alcance universal que ponen al descubierto la propia bestialidad humana, en su enfermiza inclinación hacia la violencia y la destrucción y en su dificultad para establecer vínculos sanos que no respondan a los patrones de dominio y sometimiento.
La ajustada dirección de Enrique Federman evitó los trazos gruesos logrando un perfecto equilibro entre el intenso trabajo físico de sus actores (muy bien coreografiado, por cierto) y los sutiles dobleces de su actuación.
con Horacio Banega
4 de julio al 8 de agosto
Jueves de 19 a 21
con Alejandra Chamorro
1º de junio al 30 de julio
Miércoles de 19 a 21
con Laura Brauer
Miércoles 6 de marzo
19 h (hora Argentina)
con Laura Brauer
1º de abril al 31 de julio
Viernes de 13 a 15