Con Angel Fragua, Noelia Domínguez y Sérgio Agostinho. Grupo Peripecia Teatro (Portugal)
15 al 17 de marzo
Entrevistas a Angel Fragua, Noelia Domínguez y Sérgio Agostinho. Imágenes del espectáculo
Creación e interpretación: Angel Fragua, Noelia Domínguez y Sérgio Agostinho
Grupo Peripecia Teatro (Portugal)
Iluminación: Paulo Neto
Máscaras: Zétavares
Arreglos musicales: Plácido Carvalho y Luis Filipe Santos
Sonido: Paulo Almeida
Vestuario: Sara Casal
Fotografía: Miguel Meireles
Producción ejecutiva: Sara Casal
Co-creación, dramaturgia y dirección: José Carlos Garcia
Duración: 75 minutos
CELCIT. Temporada internacional 2013
1325
Número de la Resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que incide sobre la importancia de la participación de las mujeres en la construcción de la paz.
SINOPSIS
Tres abuelas viven en un espacio habitado por ropa y memorias: ropas colgadas, memorias guardadas, ropas en montones, un monte de memorias, ropas coloridas, trágicas memorias. Son las abuelas que nos guían por el universo de la mujer y su relación con la Paz, en una narrativa formada por varios cuadros que se centran en el activismo de una o varias mujeres. Cada cuadro aflora con una forma narrativa propia, a partir de aquello que es sugerido por las acciones y sensibilidades generalmente asociadas al universo femenino. A partir de actividades domésticas, nanas y juegos de niños, emergen personajes como Rosa Parks, Aung San Suu Kyi, Aminetu Haidar, Wangari Maathai o Graça Machel. El tono narrativo de "1325" está intrínsecamente asociado a la ternura y al humor, procurando intensificar el espíritu que da fuerza a estas mujeres que, por todo el mundo, van tejiendo, con paciencia, un vestido blanco del tamaño de la Tierra.
PERIPÉCIA TEATRO es una compañía internacional, con sede en Vila Real, Portugal, fundada en 2004 por dos actores españoles y un portugués: Noelia Domínguez, Ángel Fragua y Sérgio Agostinho.
Propone la creación de espectáculos originales que se sustentan en un trabajo de gran disciplina y rigor al nivel de la interpretación del actor que, a la par de los textos, desarrolla una intensa componente física y visual, intentando alcanzar un lenguaje escénico atrayente y universal.
Desde el inicio de su actividad y hasta el momento marcó presencia en diversos festivales nacionales e internacionales y en varias salas de Portugal, Azores, España, Francia y Brasil, Destacando entre otros el FITEI, Festival de Máscaras y Comediantes de Lisboa, Festival Cómico de Maia, Festeixo, Finta, Festival Altitudes, Festival El Gesto Orelhudo, Mito-Oeiras; En España: Feria de Teatro de Castilla la Mancha, Feria Galega de Artes Escénicas, Festival Iberoamericano de Almagro, XXV Muestra de Teatro Espiga de Oro 2008, Festival de Teatro Actual, Pamplona; Circuito de Teatro Portugués en São Paulo, FESTLIP en Rio de Janeiro; En el 2009 hace su primera presentación en el Teatro Nacional D. Maria II, de Lisboa.
El grupo Peripecia de Portugal estrena en Buenos Aires el espectáculo "1325".
Los autores e intérpretes Noelia Domínguez y Sérgio Agostinho explican el sentido de la obra que, entre música y palabras, recupera nombres de mujeres ligadas a la búsqueda de la libertad. Como hilo conductor, una reunión de abuelas les da marco a los relatos.
Los personajes femeninos de 1325, obra del Grupo Peripecia de Portugal, tienen distinto origen y profesión, pero los une la lucha por la paz. Esta pieza creada e interpretada por los españoles Angel Fragua y Noelia Domínguez y el portugués Sérgio Agostinho, con dirección de José Carlos García, se ofrecerá hoy, mañana y el domingo, en el marco de la temporada internacional organizada por el Celcit. El título de este espectáculo, estrenado en 2012, en Vila Real (Portugal), corresponde al número de la resolución aprobada en 2000 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que destaca la importancia de las mujeres en la construcción de la paz. Pasadas escasas horas de la llegada a la Argentina (país que visitan por primera vez), Domínguez y Agostinho dialogan con Página/12 mientras sus compañeros acondicionan las luces y despliegan los materiales escenográficos, parte del vestuario y un amontonamiento de telas a las que darán formas diversas, incluida la de un mapa de Africa. Lo han traído todo –dicen– para conformar un espectáculo que entre música y palabras recupera nombres ligados a la búsqueda de la libertad. Y lo hacen desde el impacto que les produjo el libro 1325. Mujeres tejiendo la Paz, que reúne semblanzas de setenta mujeres que han trabajado o trabajan por la paz. Participan en ese texto 25 autoras (periodistas, escritoras y poetas) y 42 diseñadores. La traslación escénica está conformada por cuadros en los que se presenta el caso de una mujer o de un grupo, escenas cuyo hilo conductor es una reunión de abuelas que atesoran recuerdos. “Esas tres abuelas que nos llevan de un ambiente a otro representan a las Abuelas de Plaza de Mayo –puntualiza Domínguez–. Esta referencia es evidente para los argentinos, pero no es tan así para los europeos. Sí lo es en España, pero no tanto en Portugal, donde tenemos que darle al público algunos datos.”
–¿Les interesó partir de un conflicto puntual?
Sérgio Agostinho: No, siempre quisimos hablar de la guerra, pero de una manera general. Cuando asistimos a la presentación del libro 1325. Mujeres tejiendo la Paz, que editó la Fundación Cultura de Paz-Ceipaz, de Madrid, descubrimos detalles y episodios que podíamos llevar al teatro. Hasta entonces no habíamos podido hallar el enfoque que lo hiciera posible. La perspectiva femenina nos inspiró. Ese era el giro que necesitábamos.
–¿Cómo fue la selección?
Noelia Domínguez: Tomamos las historias que se acomodaban mejor a nuestra manera de trabajar, basada en improvisaciones. Esas que nos sugerían nuevas escenas para las semblanzas que en el libro han sido escritas bajo el formato de entrevistas.
–¿Qué características tiene la lucha femenina por la paz? Entre las elegidas aparecen maestras, costureras, políticas...
S. A.: Aun las mujeres que se dedican exclusivamente a la política toman, en general, el costado más humano de la política. Por eso, a veces, sus intervenciones políticas y sociales no son reconocidas como se debe. En el programa de mano incluimos reflexiones de Carmen Magallón acerca de esto. Sirven para ser aplicadas a nuestros personajes femeninos, porque en la obra todas son mujeres, aunque las interpreten hombres. Magallón es doctora en Ciencias Físicas, autora de Mujeres en Pie de Paz y directora de la Fundación Seminario de Investigaciones para la Paz. Ella cuenta que sus abuelas, en tiempos de la Guerra Civil Española, preferían actuar del mismo modo con los diferentes bandos y que ésa era una forma de trabajar por la paz. Esta actitud política y social no tiene valor para los hombres del poder político vigente. En cambio, para los que buscan la paz, ese comportamiento es superior. Significa elegir la vida por encima de todo.
–¿Relacionan esa aspiración con valores culturales? ¿Creen que, en este punto, la educación y la cultura pueden ser transformadoras?
S. A.: Sabemos que existen países y personas que no se entienden, o no quieren entenderse, y muchas veces por motivos económicos. ¿Quiénes se preguntan sobre el porqué de las guerras? Estas mujeres de la obra, que han luchado y luchan por la paz, tienen un enfoque positivo sobre realidades muy dolorosas, y ése es el enfoque y el sentido que hemos querido dar a nuestro espectáculo. Esto nos permite crear escenas de humor, transmitir un sentimiento de esperanza y despertar la curiosidad del público, porque ofrecemos información real sobre estas mujeres.
–Algunas conocidas, como Rosa Parks (1913-2005), que integró el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, denunció episodios cotidianos de segregación racial y fue encarcelada. O el caso de Aung San Suu Kyi (nacida en 1945, en Birmania), que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991 pero no pudo retirarlo hasta 2012, después de la caída del régimen dictatorial en su país.
N. D.: Su historia produjo un bombardeo de información. Otras mujeres causaron revuelo, como Wangari Maathai, de Kenia, ecologista, bióloga y veterinaria que recibió el Premio Nobel en 2004 (Maathai divulgó que el virus HIV fue liberado en Africa como arma de destrucción masiva). Menos conocidas fueron Aminatou Haidar, activista saharaui, e Irena Sendler, aunque se hizo una película sobre ella y fue nombrada para el Premio Nobel de la Paz 2007. Una cita de Sendler es “Cada niño salvado es la justificación de mi existencia en la Tierra y no un título para la gloria”.
S. A.: Sendler, polaca y católica, era enfermera y asistente social. En la época nazi salvó a dos mil quinientos niños judíos del ghetto de Varsovia. Su labor fue impresionante.
N. D.: Sólo se supo esto cuando tenía 90 años (murió ocho años después). Irena fue una de las mujeres que debía entrar en la obra, por esto de afirmar la vida por encima de todo. Este episodio lo contamos sin palabras. Creo que es el más emotivo y poético.
–¿Qué significa la máscara en la obra?
N. D.: La utilizamos sólo en el episodio de San Suu Kyi y deriva de un hecho real. Es la máscara de papel que se llevaba en las manifestaciones que pedían por su liberación. Se utilizó también en los conciertos de U2.
S. A.: Bono le dedicó la canción “Walk On”, y en sus conciertos se entregaba a la gente una máscara junto con la entrada para que se la colocara en el momento del tema. Decidimos hacer algo semejante, pero queriendo deconstruir el concepto de máscara. Jugamos con el concepto y lo destruimos un poco para volverlo más contemporáneo, más juguetón, también. En nuestro caso sirve como información y juego teatral.
N. D.: Nuestra máscara no es para esconder, sino para revelar aspectos de lo vivido por San Suu Kyi, en Birmania.
–¿Se inspiran en general en temas tan concretos?
N. D.: La forma que elegimos para expresarnos teatralmente fue la que nos unió. Somos un equipo permanente, pero con invitados: músicos, actores... Nuestros espectáculos parten de inquietudes, de temas que deseamos desarrollar escénicamente. No dejamos a un lado la palabra, pero no recurrimos a ésta constantemente. Cuando es necesaria, la palabra viene sola. 1325 posee texto, música y canciones, algunas basadas en nanas...
S. A.: Canciones de cuna tradicionales, cantigas o poesías cantadas, spirituals, canciones corales de la década de 1920 y las tradicionales de los juegos de niñas, algunas grabadas en un aparatito que llevan las abuelas de esta obra, que a veces acompañamos, y otras cantadas por nosotros a capella.
1325, el espectáculo procedente de Portugal interpretado por el Grupo Peripecia Teatro, que aborda la historia de un grupo de abuelas que recrea la vida de mujeres activistas y su relación con la paz, se presentará a partir de este viernes en el Celcit (Moreno 431).
1325 es el número de la Resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que incide sobre la importancia de la participación de las mujeres en la construcción de la paz.
Dirigida por José Carlos García, del grupo Peripecia Teatro, e interpretada por Angel Fragua, Noelia Domínguez y Sérgio Agostinho, la obra cuenta la historia de tres abuelas que, dentro de un espacio habitado por memorias, guían al espectador por el universo de la mujer y su relación con la Paz.
A partir de actividades domésticas, nanas y juegos de niños, emergen personajes como Rosa Parks, Aung San Suu Kyi, Aminetu Haidar, Wangari Maathai o Graça Machel.
Peripecia Teatro es una compañía internacional, con sede en Vila Real, Portugal, fundada en 2004 por dos actores españoles y un portugués: Noelia Domínguez, Ángel Fragua y Sérgio Agostinho.
De paso por la Argentina, el grupo presentará 1352 los días Viernes 15 y sábado 16 de marzo a las 21 y el domingo 17 a las 19.
con María Svartzman
8 de abril al 25 de noviembre
Lunes de 18:30 a 21
con Hernán Gené (España)
Sábado 20 de enero
15 h (hora Argentina)
con Paula Requeijo
20 de abril
15 h (hora Argentina)
con Leila Barenboim y Ana Groch
16 de mayo al 29 de agosto
Jueves de 15 a 17
con Cintia Miraglia
3 de junio al 22 de julio
Lunes de 17 a 19
con Claudia Quiroga
Lunes 18 de marzo
21 h (hora Argentina)