De Diana Chery-Ramirez (Colombia/USA). Dirección: Teresita Galimany
Con Julieta Bottino y Sergio Baldini
De Diana Chery-Ramírez (Colombia/USA). Dirección: Teresita Galimany. Con Julieta Bottino, Sergio Baldini
Entrevistas a Diana Chery-Ramírez (Colombia/USA), Teresita Galimany, Julieta Bottino y Sergio Baldini. Imágenes del espectáculo
De Diana Chery-Ramírez
Con Sergio Baldini, Julieta Bottino
Escenografía: Fernando Díaz
Iluminación: Carlos Ianni
Musicalización: Osvaldo Aguilar
Asistente: Bárbara Lizarraga
Dirección: Teresita Galimany
Duración: 70 minutos
Espectáculo sin intervalo
CELCIT. Temporada 2012/2013
AVIONES DE PAPEL tiene la sabiduría de la sencillez. Nos dice lo esencial: que volvamos a mirar al otro y a reconocernos en él.
Aviones que cruzan el espacio derribando las barreras que fuimos construyendo en el desencuentro.
Aviones que encuentran resquicios en la distancia y nos llevan lejos del viaje individualista, solitario, al que nos van costumbrando las grandes ciudades.
Aviones que incitan a abrir el laborioso círculo de la soledad. Y que dicen que ese esfuerzo vale la pena.
Teresita Galimany
DIANA CHERY-RAMÍREZ nació en Bogotá, Colombia, en 1976. Es Maestra en Artes Escénicas con énfasis en actuación de la Universidad Francisco José de Caldas, ASAB, de Bogotá. Ha trabajado con grupos de teatro de Colombia, España, Irlanda y Estados Unidos como actriz, dramaturga, directora y docente. Entre sus obras se encuentran "Partidas", publicada en Colombia en la serie Textos dramáticos. Cuadernillos de Arte ASAB y producida por Teatro IATI de Nueva York, 2005; "Talla XS", una serie de obras cortas y "Aviones de papel", que se estrenó en Nueva York y representó a esa ciudad en el FITO, Venezuela 2006. Es también autora de la serie de cuentos "Miranda desnuda" para la revista SPUNK Arts Magazine. Actualmente adelanta un Master en Teatro en Nueva York. Sobre "Aviones..." ha dicho: "Lo cotidiano es mi alimento, mi angustia también. Encontrar el espacio urgente y poético en las ambivalencias de lo doméstico ,que ya en sí mismo es teatral-, fue mi búsqueda en esta obra. En ella, el tema de la soledad se impone. Los personajes, seres abrumados por sus memorias, tratan de encontrarle el significado a sus vidas".
Teresita Galimany dirige "Aviones de papel", de Diana Chery-Ramirez.
La obra de la dramaturga colombiana aborda el tema del desencuentro en las grandes urbes y plantea un desafío espacial a través del relato de dos vidas paralelas que convergen por cuestiones del destino. Sergio Baldini y Julieta Bottino la protagonizan en el CELCIT.
La actriz y directora Teresita Galimany leyó Aviones de papel, obra de la colombiana Diana Chery Ramírez, cuando la propia autora, de paso por Buenos Aires, le obsequió una antología (Se vende, se alquila o se regala) integrada por piezas de autores latinos residentes en Nueva York. El entusiasmo por llevar esta obra a escena no solamente se originó por la temática que aborda –“el desencuentro en las grandes urbes”– sino también por el desafío espacial que plantea un relato de dos vidas paralelas que convergen por cuestiones del destino. Aviones... refleja un momento de la vida cotidiana de Beatriz y Diego, ocupantes de dos ambientes separados por un tabique que las circunstancias derriban, para transformar el espacio en un único lugar. El resto se construye con las sensaciones encontradas de dos personas que eligen estar solas, en principio, a causa de motivos muy concretos. La obra, estrenada en 2006 en Nueva York con la propia autora como intérprete, hoy puede verse en el CELCIT (Moreno 431, los viernes a las 21) con la actuación de Sergio Baldini y Julieta Bottino. La dirección, claro está, es de la misma Galimany.
Hace once años que Chery Ramírez vive en Nueva York: en Hunter College hizo una maestría de teatro y hoy enseña actuación a adolescentes. La situación básica de Aviones... le fue sugerida por la visión de una mujer asomada a un balcón de un departamento en Caracas: “Lo que más me nutre para escribir es la vida diaria –asegura la autora en conversación con Página/12–, lo que veo y oigo en la calle, lo que leo en los periódicos”. Aunque no se define como una dramaturga de género, Chery Ramírez afirma interesarse por “la cotidianidad de lo femenino, lo cual lleva a preguntarme qué clase de mujeres somos en un momento como éste, en el que los roles sociales están en permanente cambio”, y concluye: “Por esto, sin ánimo de presentarlas como heroínas, será que las mujeres de mis obras no se sienten acompañadas por quienes son o fueron sus parejas”.
“En la obra de Chery Ramírez, el tema espacial es muy importante –sostiene Galimany en la misma entrevista– porque parece estar siempre sugiriendo un encierro que remite a la necesidad de soledad de sus personajes”. En otra de sus piezas, Cuarto de desahogo, (“así llaman los portorriqueños a la baulera”, aclara la autora), en el espacio de intimidad que ofrece un pequeño desván debajo de la escalera de una casa, tienen lugar las confesiones de una mujer que desea evadirse de una historia familiar que se le ha ido de las manos. La fragilidad del espacio ínfimo también aparece en la obra que actualmente está escribiendo Chery Ramírez en la cual “un pueblo, el más pequeño del mundo, desaparece de un día para otro, como ocurría en tiempos de la guerrilla” del país de la autora.
En el caso de Aviones..., Beatriz y Diego sienten un mutuo rechazo a compartir habitación. Pero en la compañía forzosa que las circunstancias les deparan, según describen autora y directora, “lentamente van acomodándose uno al otro y, a lo largo de su encuentro, van liberándose de las heridas del pasado, lo cual ocurre en la medida en que van descubriendo la humanidad del otro”.
–¿La obra intenta reflejar un síntoma de aislamiento generalizado?
Diana Chery Ramírez: –Me parece que la vida en las grandes ciudades empuja a la gente a encerrarse cada vez más. El encuentro entre las personas se produce cada vez en menor medida, ya sea por cansancio, por el trabajo y otras ocupaciones o también por paranoia. La gente se comunica muy poco.
–La comunicación virtual está cada vez más extendida ¿Esto no cuenta?
D. C. R.: –La comunicación virtual no deja de ser un intercambio de información. A nivel profundo, el encuentro personal se está volviendo algo exótico, extraño. Soy docente de adolescentes y me doy cuenta de que reunirse para mostrarse fotos de un viaje, por ejemplo, no tiene sentido para ellos porque todo sale en el Facebook. Esto me lleva a preguntarme qué es más tangible hoy, si lo real, lo material o lo virtual.
Teresita Galimany: –La utilización generalizada del Facebook está demostrando que la concepción de lo íntimo ha ido cambiando.
D. C. R.: –Es cierto. Antes se atesoraba la intimidad, se guardaba y estimaba. Hoy los más jóvenes tienen otra idea. Me pregunto qué cosas son las que guardan para sí mismos o para los más cercanos.
–¿Qué es lo que vuelve singular a la relación circunstancial que entablan Beatriz y Diego?
T. G.: –En Aviones... veo que Diana, a partir de la descripción de ese vínculo que nace entre los personajes, le da valor a lo efímero. En la velocidad en que vivimos, el hecho de valorar lo efímero es una actitud muy valiosa. De otro modo, todo lo que ocurre entre los personajes podría representar pura pérdida.
–¿La violencia que se genera entre ellos está vista desde una perspectiva de género?
D. C. R.: –No fue ésa mi intención. Será porque la violencia está metida en el imaginario del colombiano. Todos crecemos pensando que podemos ser violentados de algún modo. Somos cariñosos, propensos al abrazo, pero al salir a la calle nos ponemos una especie de coraza. Crecimos viendo bandoleros por la calle, quien más quien menos estuvo en medio de un fuego cruzado.
La colombiana encuentra historias mínimas en grandes ciudades.
Cuando vivía en Bogotá, Colombia, su sueño era llegar a Buenos Aires. La dramaturga Diana Chery-Ramírez reside desde hace once años en Nueva York y cuenta que le cuesta acostumbrarse a los modelos de producción de allí. Ahora viene a esta ciudad para el estreno, esta noche, de su pieza Aviones de papel . El espectáculo se presenta en el CELCIT, con dirección de Teresita Galimany. Son sus intérpretes Sergio Baldini y Julieta Bottino.
Diana tiene una imagen profundamente caribeña y una pasión teatral absolutamente latinoamericana. Llegó a Nueva York con la intención de perfeccionar su inglés. Se enamoró, se casó, hizo una maestría en teatro y desde entonces trata de integrarse a la comunidad teatral norteamericana. La gran ciudad -"donde están todos los que quieren hacer teatro en el mundo"- no la atemoriza. "Soy un animal de grandes ciudades - confiesa-. Me he adaptado perfectamente a Nueva York. Lo difícil es el cambio a nivel teatral. Allá se trabaja de una manera muy diferente a la que se conoce en Bogotá e intuyo que en Buenos Aires. Yo quiero seguir viendo el teatro como el proceso de los actores, de los directores, luego viene el espectáculo. En cambio, en Nueva York se trabaja para que el espectáculo esté listo en determinada fecha y el proceso es muy rápido. No he podido acostumbrarme. Es mi mayor desafío comprender qué puedo aportar yo a ese ritmo."
Ser mujer, latinoamericana y escritora resulta un combo que inquieta a los norteamericanos. Pretenden analizar su trabajo desde una concepción de género que no va con ella. "Me preguntan si soy una escritora feminista o cuál es la proporción de Lorca y García Márquez en mi obra. Yo digo que debo tener algo de eso. Toda esa cantidad de etiquetas que ellos necesitan me asusta. No me detiene, es una salida para no ser una escritora más. Nosotros vemos la realidad de una forma menos concreta que ellos y esto les resulta poético."
¿Cuáles son los temas que le interesan a Diana Chery-Ramírez? "He escrito siempre alrededor de lo cotidiano -dice-, de lo que está pasando en mi vida, lo que veo. Aviones de papel , la pieza que se presenta aquí, habla de lo cotidiano en una grandísima ciudad. Dos personajes que están solos y se encuentran y cuál es la esperanza, el amor, cómo se da eso en un ámbito que proporciona lo contrario: soledad, desencuentro, desesperanza. Esta obra comencé a idearla en Bogotá y la terminé en Nueva York. Me interesan los mundos individuales y mínimos. Me parece que en nuestra vida cotidiana está el potencial de lo mágico, lo poético, lo divertido, lo más maravilloso, profundo y extraño del ser humano."
Aviones de papel forma parte de una antología de autores latinos que escriben en Nueva York, denominada Se vende, se alquila o se regala. Eso parecería integrarla a la comunidad teatral latina de esa ciudad, aunque la escritora analiza ese espacio de manera interesante. "Los teatros latinos más importantes se aliaron y eso es muy fuerte. En Nueva York - comenta- funcionan mucho las cosas por esos vínculos. Dentro de las minorías, el teatro latino tiene bastante fuerza, es mayoritariamente caribeño. De personas de Puerto Rico, República Dominicana, que se han instalado en la ciudad y que ya son de segunda o tercera generación. Hay una diferencia entre el teatro latino de Nueva York y el teatro latinoamericano. Son completamente diferentes. Por alguna razón, para mí, el teatro en América latina está yendo mucho más rápido que el teatro latino. Ese es un teatro más conservador y todavía está haciendo público. La gente no está acostumbrada a ir al teatro. No es el típico público neoyorquino."
Ella prefiere acompañar ese proceso y también hacer su camino. "Escribir en inglés ha sido maravilloso. Es como si siempre pintas en azul y en algún momento descubres que puedes hacerlo en rojo. Estoy enamoradísima de eso".
La dramaturga colombiana Diana Chery-Ramirez estrena hoy su obra “Aviones de papel”.
El encuentro entre un hombre y una mujer que intentan construir un espacio común, es el tema de la obra que dirige Teresita Galimany y se verá en el CELCIT. La autora vive en Nueva York, donde es docente en una escuela privada.
Este es su segundo viaje a nuestro país, del que dice admira nuestro teatro y maestros como Mauricio Kartun y Ricardo Halac, con los que realizó seminarios en su país, Colombia. Diana Chery-Ramírez, desde 2001, vive en Long Island, cerca de Nueva York y está casada con un estadounidense-haitiano.
La dramaturga y actriz, que admite que uno de sus referentes literarios es Gabriel García Márquez, estrena hoy a las 21 en el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, CELCIT, de Moreno al 400, su pieza “Aviones de papel”, en la que habla de la memoria y la soledad y cuenta con las actuaciones de Sergio Baldini y Julieta Bottino.
“Los latinos somos de hacer amigos rápidamente, creemos en la familia, pero en los Estados Unidos, no es fácil compartir una comida después de la universidad, o del trabajo”, señala Diana, que nació en 1976, en Bogotá.
SERES ANONIMOS
Poco después afirma que su teatro “se nutre de la vida, de lo que observo. Me interesa ese ser anónimo que camina por la calle, esa empleada, cómo viven, qué piensan, o qué lugar ocupa el amor en sus vidas”, destaca la autora a la vez que aclara que le gusta leer las pequeñas noticias de los diarios.
“En Nueva York –agrega-, la mayoría de los espacios en los que se vive, son pequeños. Eso sucede con la clase que trabaja, camareras, empleadas. Mi teoría es que esa proximidad, en la que todo se escucha a través de las paredes, muchas veces provoca que dos personas aún siendo vecinos, no se conozcan. De estos temas habla mi obra”, sintetiza la dramaturga.
Mientras espera que la directora Teresita Galimany se integre a la charla, Diana habla de su Colombia natal, con admiración y marcada alegría comenta que “la cultura latina intenta abrirse cada vez más un camino en Nueva York. Lo curioso es que el latino prácticamente no va al teatro. En general es el público estadounidense el que posibilita que las obras perduren. Recién ahora estamos intentando incentivar a los latinos a que vean lo que dicen sus compatriotas en el escenario”, afirma.
LA FAMILIA
¿Por qué Nueva York? “Es simple, ocurre que mis padres y hermanas viven en esa ciudad y cuando termine la universidad en Colombia –luego hice una maestría en teatro en la Universidad de Nueva York- decidí radicarme en la tierra de Woody Allen”, dice Diana Chery-Ramírez, que nunca deja de sonreír y tiene gestos amables, como si fuera un personaje de Chejov, autor al que admira.
La directora y actriz Teresita Galimany, que se integra al diálogo, destaca que “Aviones de papel”, “me sirvió para unir los años que pasé en Nueva York –entre 1985 y 1991- con mi vida en Buenos Aires, ciudad en la que nací. Por eso una de mis lecturas de la pieza y que Diana describe con ricos matices y una mirada muy femenina, es la cuestión del encierro. Algo que sentí en Caracas y actualmente en Buenos Aires”.
Tanto Galimany como Chery-Ramírez se sienten hermanadas por un teatro latinoamericano que cada vez más conquista el mundo anglosajón, aunque para la dramaturga colombiana, la influencia del teatro de su compatriota Enrique Buenaventura o el grupo La Candelaria, son innegables.
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