Partiendo de una concepción del teatro en tanto práctica cultural y espacio político por excelencia, el estudio se pregunta qué puede hacer éste frente a la violencia cuando ésta se convierte en una práctica sistemática y generalizada en una sociedad determinada. Se analizan las relaciones entre teatro, trauma colectivo y memoria histórica en un contexto de violencia política, a partir del estudio de dos montajes de “Antígona”, de José Watanabe y el Grupo Yuyachkani: su estreno en Lima (2000) y su reposición en Huanta (2001). El análisis del texto en sus contextos originales de recepción permite reflexionar desde nuevas perspectivas sobre un problema relacionado con el conflicto armado interno ocurrido en Perú entre 1980 y 2000: la responsabilidad ética y política de los sobrevivientes.
Autoría: Gino Luque Bedregal
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