Crónica de
un tramo de experiencia teatral
Aproximación sociológica
por Francisco Javier
La
Universidad de París VIII en Vincennes y en Saint-Denis
La Universidad
de París VIII en Saint-Denis, en el límite exterior norte de
la capital, ha agregado al antiguo edificio un espléndido
anexo que se une al viejo edificio por un luminoso puente
sobre la calle. Desde las salas de la biblioteca, en un primer
piso, miro la salida del subterráneo. Hasta hace un año la
línea terminaba en Saint-Denis Basílica, se llegaba a la
Universidad a pie o en ómnibus; en ese entonces estaba en
construcción el nuevo tramo que llegaría hasta la puerta
misma de la Universidad. Al abrigo del frío, sentado ante las
espaciosas mesas de la biblioteca, veo a los estudiantes que
en grupos cerrados salen del subte o de los ómnibus que se
ordenan prolijamente en una gran playa de estacionamiento.
Así, París VIII ha ganado una estación Métro, Saint-Denis
Universitaire, un magnífico anexo, una imponente biblioteca,
numerosas computadoras, y hasta escaleras mecánicas.
Antes, hasta
1980, París VIII estaba en Vincennes, en el límite exterior
este de París, en medio del bosque, y cerca del castillo del
mismo nombre. Al salir de la estación Vincennes del Métro
había que tomar un ómnibus que pasaba precisamente frente al
castillo. La Universidad había sido instalada en un edificio
prefabricado; lo cual creaba un acentuado contraste con esa
fortaleza feudal del siglo XIV, hermoseada por dos pabellones
de estilo clásico que había proyectado Le Vau en el siglo
XVII.
En la
biblioteca de la Universidad de París VIII, Vincennes, las
paredes de cristales que se extendían del techo al suelo,
instalaban al estudiante en el bosque mismo, los troncos de
los árboles recortados según la extensión de los cristales,
semejaban una escenografía para las obras de Chejov o Los
veraneantes de Gorki.
Lo mismo que
entonces, el hecho de que yo esté ahora en París VIII,
responde a mis estudios en torno del teatro. En 1974 se
trataba de una tesis de doctorado; ahora del curso que dicta
el Profesor Patrice Pavis. Naturalmente, el mundo ha cambiado
y el teatro también. Vincennes es una de las dos
Universidades vinculadas al movimiento del 68; la otra era
Nanterre. Fue en esta última donde se iniciaron las acciones,
y los estudiantes, su papel protagónico. En el mundo
universitario de entonces ambas facultades eran un emblema de
ese cambio de mentalidad que había estallado en 1968.
Hoy resulta
fácil comprobar que aquella violenta protesta había sido la
rebelión de los hijos de la guerra del 39 y una vasta
manifestación con anhelos revolucionarios. Aunque impregnado
de las palabras y los gestos del mundo de la política, Mayo
68 se proyectó sobre el mundo de la cultura: concretó
cuestionamientos en torno de la libertad en todos los niveles (1)
y un rechazo de las falsas estructuras sociales; proclamó la
libertad sexual, la igualación de los roles del hombre y la
mujer; y escandalizó a la sociedad burguesa, en parte por sus
slogans más efectistas que reveladores de una verdadera
ideología. No hay que dejar de acotar, que los obreros se
plegaron al movimiento y que Francia se vio paralizada por una
huelga general protagonizada por 8 millones de obreros.
Entre las fotos
que permiten recuperar imágenes de Mayo 68, más que los
autos incendiados, los adoquines levantados del pavimento y
convertidos en barricada, más que las actitudes de los
policías en plena represión y de los
"revolucionarios" que avanzan tomados del brazo, se
desprende del recuerdo, la foto casi bucólica de un grupo de
estudiantes que descansan tendidos en el suelo mientras un
esbelto joven desnudo, cubierta la cabeza con un sombrero,
parece ofrecer su imagen desde una playa del Mediterráneo.
Los estudios
teatrales en la Universidad y el Théâtre du Soleil
En los años
70, los estudios teatrales, los cursos de actuación y de
teoría del teatro en Vincennes, contribuían a alimentar la
oleada de escándalo y provocación, especialmente por su
decidido color ideológico, heredado de Mayo 68. Por entonces,
un diario publicaba una foto de una clase de actuación,
relajamiento y concentración corporal, en la que los
estudiantes trabajaban desnudos. Era la época de la
exaltación del cuerpo del actor. Era la época de Grotowski
en Wroclaw y de Beck y Malina en el Living Theatre. En el 68,
el grupo americano se había retirado del Festival de Avignon,
entre otras razones, por la prohibición de que trabajaran
desnudos.
Muy cerca de la
Universidad de Vincennes, en una identificación notable -por
lo menos, para mí-, en la Cartoucherie transformada en un
escenario ya legendario, Ariane Mnouchkine y su Théâtre du
Soleil llamaba la atención del mundo sobre sus espectáculos
de la Revolución Francesa, 1789, 1793 y La edad de oro, que
expresaban entre varios temas la relación del hombre francés
con la historia y con su sentido de la libertad. Del recuerdo
se destacan las frases que constituían emblemas de los dos
primeros espectáculos. Todavía el país convulsionado por
los aires ansiosamente revolucionarios de Mayo del 68, 1789 y
1793 se auto definen por subtítulos impactantes: "La
Revolución no se detendrá jamás" y "La ciudad
revolucionaria es de este mundo" (2).
Hoy, Saint-Denis
está lejos de la Cartoucherie de Vincennes, y Ariane
Mnouchkine investiga en forma excepcional la interculturalidad
teatral. No hace mucho tiempo, presentaba Enrique IV de
Shakespeare según técnicas actorales japonesas, y en otros
espectáculos, a personajes políticos de la escena
internacional como es el caso de La historia terrible pero
inacabada de Norolom Sianouk, rey de Camboya, de 1985.
Vincennes
1975 y Saint-Denis 2000
En 1968, cuando
la Universidad de Paris VIII, Vincennes, inicia su existencia,
la población estudiantil es de 7.791; en 1975, de 21.180; en
1978, cuando es trasladada a Saint-Denis, de alrededor de
32.979. El porcentaje de estudiantes extranjeros, de 42%;
América Latina, 8%.
Más
recientemente, en el período 98-99, en la Universidad de
Paris VIII, Saint-Denis, la población estudiantil es de
26.538; el porcentaje de estudiantes extranjeros, de 21,10 %.
¿Habrá que
deducir entonces que los cambios que ha sufrido el mundo, y
Francia, se manifiestan en parte por una disminución del
estudiantado, especialmente, en lo que se refiere al
porcentaje de estudiantes extranjeros? ¿Sería lícito
establecer una relación entre esa disminución y el hecho de
que -al menos en el campo del teatro- la indagación acerca de
la idiosincracia del ciudadano francés ha cedido ante una
apertura hacia la esfera de los temas mundiales y una amplia
universalización?
No obstante, en
Saint-Denis, reina el mismo clima de desorden en los gestos de
la vida estudiantil cotidiana. En Vincennes, en 1975, una de
los grandes pasillos cubiertos estaba ocupado por la
instalación de las cocinas improvisadas de diferentes grupos
étnicos y por la exhibición de los productos nacionales
puestos en venta. De alguna manera, ahora en Saint-Denis
también se convive con la cotidianidad en sus aspectos más
naturales: el "laisser faire" de estudiantes y de
responsables de la Universidad. Todo parece responder a un
desorden oficial.
En el campo de
los estudios, Vincennes y Saint-Denis poseen características
parecidas. En Vincennes, se luchaba por brindar una segunda
oportunidad a los asalariados, es decir, aquellos que
trabajaban y querían estudiar y a los que no habían
completado los estudios secundarios. Hoy, en Saint-Denis
llaman mi atención los anuncios hechos a la mano, de la
asamblea que van a realizar los "estudiantes sin
papeles" para exigir su reconocimiento como alumnos
regulares.
El Departamento
de Teatro de Vincennes dirigido por el Profesor André
Veinstein -quien era por entonces mi director de tesis-
respondía en un todo a la investigación teatral en el campo
de la estética. Los estudios estaban concentrados en las
grandes corrientes de creación teatral, de Appia a
Stanislavsky, de Brecht a Grotowski. La tesis doctoral de
Andre Veinstein defendida en 1953 lleva por título "La
puesta en escena y su condición estética".
Cuando llegué
a Vincennes en 1974, el primer profesor con quien mantuve una
charla fue Serge Ouaknine quien al darse cuenta de que yo no
conocía el lugar, me lanzó la pregunta auxiliadora: "D'où
venez-vous?". Ante su gesto simpático, le pregunté a mi
vez quién era. Me enteré entonces de que no sólo enseñaba
en París VIII sino que había pasado dos años de estudio con
Grotowski en el Laboratorio de Wroclaw. Un tiempo después
descubría que Serge Ouaknine era el autor del trabajo con que
se abre "Les voies de la création théâtrale" del
Centre National de la Recherche Scientifique de Francia. El
primer estudio del primer tomo -modelo de análisis de la obra
de un director y maestro y de su espectáculo- era
precisamente sobre El principe constante de Calderón-Grotowski.
El actual
director del departamento de teatro de Saint-Denis es el
profesor Jean-Marie Pradier quien ha producido importantes
trabajos de teatro relacionados con otras disciplinas. Hace
dos años traduje para el Cuaderno de Teatro N° 12 de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA su estudio titulado
"Etnoescenología: la profundidad de las
emergencias". Patrice Pavis, profesor de Saint-Denis,
conocido mundialmente por su diccionario, se destaca por sus
profundos estudios sobre la interculturalidad y la
interdisciplinariedad en el campo del teatro, y sobre un
lúcido trabajo sobre la traducción de las obras de teatro.
Este profesor opina que el que traduce teatro no debe
limitarse a traducir palabras, debe traducir gestos,
situaciones y datos de una cultura que no es la del traductor;
Patrice Pavis también dicta regularmente cursos de teoría y
técnica teatral en Alemania, participa activamente de las
reuniones del ISTA creado por Eugenio Barba y de congresos
internacionales.
El traslado
de la Universidad de Paris VIII de Vincennes a Saint-Denis
Como estudiante
que he sido de Vincennes, me he preguntado porqué se produjo
ese traslado -la Universidad de París VIII de Vincennes a
Saint-Denis- en los años 80, que según algunos datos que
pude recoger fue largamente resistida por los directores y
profesores ("...el Ministro de las Universidades decidía
sin ninguna concertación, trasplantar los 32.000 estudiantes
de Vincennes a un ámbito de 2 hectáreas, en Saint-Denis, en
el edificio de un Instituto Universitario de Tecnología de
900 estudiantes"). En estos días de enero del año 2000,
pude entrar en contacto con la documentación que en Saint-Denis,
en su moderna y ordenadísima biblioteca, integra el
"Fondo Vincennes". Esa documentación más un libro:
"La Universidad asesinada. Vincennes 1968-1980 (3)
escrito por Pierre Merlin, director en esa época de París
VIII, me permiten reconstruir una parte de los hechos.
La filiación
de Vincennes en el plano de las actividades universitarias de
Francia desde fines de la década del 60, era muy clara:
"una universidad de izquierda" (en la opinión de
quienes conocían el tema y en la de aquellos que sólo
repetían lo que oían). Según la documentación que pude
compulsar, ya a mediados de la década del 70 se hablaba del
traslado de Paris VIII. Los directivos y los profesores se
pronunciaron permanentemente en contra de esa maniobra de
funcionarios "de la derecha" para neutralizar la
acción de una "institución disolvente". Se echó
mano a todo, desde la acusación de peligrosa ideología
política, desjerarquización académica y consumo de droga
hasta anécdotas vergonzantes, como era el uso de un argumento
increíble: el caso del profesor de Vincennes que había
estado preso, había estudiado en la prisión y logrado
reinsertarse en la vida social. Conmueven las cartas de los
directivos y los profesores que defienden Vincennes, y
argumentan entre otras cosas que Saint-Denis no ofrece el
espacio físico que exige la reinstalación de la Universidad.
Pero la ministra de Educación no ceja (autora de una frase
que se hizo famosa: "En Vincennes le dan el diploma a un
caballo") y el traslado se efectiviza. ¿Bien miradas las
cosas, así como el fenómeno Mayo 68 fue absorbido y usado a
su favor por el sistema que quería modificar, el traslado de
París VIII de Vincennes a Saint-Denis, en el panorama
cambiante de los hechos sociales y culturales, ¿no habría
sido un fenómeno de las mismas características? Por otro
lado ¿es posible imaginar Vicennes con la biblioteca y las
escaleras mecánicas de Saint-Denis frente a la estación del
Métro Vincennes Université después de la estación
Vincennes Château de Vincennes, y todo ello en medio del
hermoso bosque?
El teatro
argentino y su exportación
En los mismos
años en que Vincennes y su respetado Departamento de Teatro
alcanzaban su mayor trascendencia como institución académica
-los años 70- en la Argentina los espectáculos teatrales de
más importancia desde el punto de vista del desarrollo del
teatro, afirmaban la búsqueda de la identidad y alcanzaban su
mayor resonancia en la reacción contra la dictadura militar.
Tal el caso de Teatro Abierto. En función de su posible
exportación resultaba un teatro demasiado localista, un
lenguaje casi imposible de traducir y transportar. En la
necesidad de metaforizar sus discurso, los espectáculos
hablaban en clave: era la manera de burlar la dictadura. La
reacción del público lo probaba día a día.
Hoy, la nueva
generación teatral, consciente de la posibilidad de crear un
lenguaje más universal, propone espectáculos que se pueden
calificar de potencialmente exportables. Los hechos lo
prueban: desde hace algunos años los espectáculos teatrales
argentinos se ven frecuentemente en los Festivales
Internacionales y en 1999 -fecha emblemática- el Festival de
Avignon dedicó un espacio especial al teatro argentino; y el
espectáculo del grupo De la Guarda se impuso en New York como
un espectáculo más de la ciudad.
Correspondió a
la traductora francesa Françoise Thanas, ampliamente conocida
entre nosostros por sus ajustadas traducciones de obras de
Griselda Gambaro, Ricardo Monti y Eduardo Pavlovsky, pero
también de los jóvenes como Daniel Veronese, Rafael
Spregelburd, Pedro Sedlinsky, el subtitulado de las obras
argentinas que se vieron en el Festival de Avignon de 1999.
Este recurso de acercamiento al público de un texto
extranjero -que es usado ampliamente en la ópera- se dio por
vez primera a favor del teatro argentino en el Festival de
Avignon en Francia.
Me complazco en
destacar especialmente aquí el papel de difusora del teatro
argentino que cumple esta impar teatrista, pues más allá de
la posibilidad de lograr un contrato de publicación o de
edición, traduce aquellas obras que le interesan y las acerca
a los productores, directores y actores de Francia. Es así
como el medio teatral francés puede disponer hoy de obras
traducidas con notable precisión. No es exagerado decir que
el teatro argentino está alcanzando por primera vez en
Francia una divulgación cierta. Françoise Thanas ha logrado
que en varias ocasiones -Festivales de Bayonne (1995 y 1997),
Mousson d'été (1998), Avignon (1999), etc- se hayan leído
en francés obras argentinas y latinoamericanas.
Por su parte,
en los años 80 y 90, el director Alberto Félix Alberto
sorprendía al público asistente a los espectáculos
declarando antes de empezar las funciones de Tango Varsoviano
o de En los zaguanes ángeles muertos, por ejemplo, que creaba
espectáculos para exportar. Y no engañaba al público, pues
los presentó en varios festivales mundiales de primer orden.
Los dramaturgos
que escapan de esta generalización son Griselda Gambaro y
Eduardo Pavlovsky, que fueron traducidos y representados hace
algunos años (otra excepción que confirma la regla es el
caso de La nona, de Roberto Cossa, representada en el Teatro
de La Colline en París en 1990, con la dirección de Jorge
Lavelli). Intervine accidentalmente en la participación de
Potestad en el Festival des Amériques de Montréal de 1985.
Marie-Helène Falcon, directora del festival me había pedido
que hiciera un panorama del teatro argentino de ese momento
indicando, sobre todo, aquellos espectáculos cuyo lenguaje
fuera naturalmente transportable. Cuando llegó a Buenos Aires
para realizar su elección, Potestad no estaba en cartelera.
Yo pensaba que era un espectáculo muy indicado según sus
deseos y así se lo comenté. Llamé por teléfono a Pavlovsky
y le expliqué lo que pasaba. Debo decir en su honor que
aceptó inmediatamente organizar una representación especial
para que la directora del festival viese el espectáculo,
previa invitación a algunos amigos. Y Potestad fue a
Montréal, donde tuvo un gran éxito.
Pocos meses
después llegaba a Buenos Aires Juan Margallo, director del
Festival de Cádiz, y volvimos a organizar la función
especial. Y Potestad fue al Festival de Cádiz. Y no es que
Potestad no hable de algo esencialmente argentino, pero se
trata de un lenguaje escénico alejado del folclore porteño.
Conclusión
final
De 1970 a 2000
el mundo ha experimentado cambios decisivos en el campo
social, político y económico. Paralelamente, en el teatro
como manifestación artística y en el dominio de los estudios
universitarios de teatro, los cambios también han sido muy
profundos. Por lo menos en la Argentina y en Francia, un
relevamiento, mostraría, sin duda, que se ha pasado de un
teatro centrado en temas nacionales a un teatro que se ocupa
del mundo, y expone intercambios e intertextualidades antes
impensables.
Bien señala
Jean Duvignaud que contrariamente a la idea común de que el
teatro es un reflejo de los hechos sociales, es verdad más
profunda que la creación social y la creación teatral son
aspectos complementarios de una misma fuerza, puesto que ambas
responden a la pulsión que lleva a los hombres y a los grupos
al ejercicio total de la libertad.

Notas
1
- "Es un doble rechazo del modelo capitalista y del
modelo staliniano que inspira los años 60. Sensibilizada por
las luchas de liberación, en particular por el apoyo a la
independencia de Argelia, la juventud es en primer lugar
"anti": antifascista y antimperialista. Su propia
ideología aún no se ha organizado". Mai 68. La
révolution fiction, de Jacques Tarnero." Volver
2 - Conservo anotado en un cuaderno un
comentario sobre estos espectáculos: 1789 y 1793 se anuncian
como una vasta empresa de rehabilitación del pueblo,
constructor y héroe de la Historia. El Théâtre du Soleil
intenta reanimar una memoria popular a menudo sofocada. No
anoté la procedencia de este texto. Volver
3 - En una nota del 22 de septiembre de 1980
dirigida al Ministro de Educación, el Director Pierre Merlin
dice: "Contre son gré, et par la volonté du Ministère,
notre Université a été trasnferée dans des locaux exigus
et manifestement inadaptés"... "L'Université de
Vincennes est aujourd'hui à Saint-Denis. Elle ne l'as pas
voulu. El s'y est opposé. Ont l'y a contrainte." Volver
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Instituto
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Instituto de Artes del Espectáculo, Facultad de
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