De Roberto Arlt. Dirección Carlos Ianni
Asistente Fernando Díaz. Con Sergio Baldini, Pablo Finamore, María Figueras, Martín Morales, Marcelo Nacci, Yamila Ulanovsky
Autor
Roberto Arlt
Erdosain Marcelo Nacci
Elsa Yamila Ulanovsky
Capitán Martín Morales
Ergueta Pablo Finamore
Barsut Sergio Baldini
Hipólita María Figueras
Tapete
Grupo Stile
Edición banda de sonido
Tian Brass
Fotos
Soledad Ianni
Música
Trío Bue. Leo Heras (clarinetes)
Edgardo Cardozo (guitarra)
Fernando Galimany (contrabajo)
Asistente
Fernando Díaz
Espacio escénico, dramaturgia y dirección
Carlos Ianni
Este espectáculo cuenta con el apoyo del
Instituto Nacional del Teatro
Espectáculo sin intervalo
Duración: 95 minutos
Teatro CELCIT. Temporada 2001
El farmacéutico Ergueta le pregunta a Erdosain: "¿Quiénes van a hacer la revolución social sino los estafadores, los desdichados, los asesinos, los fraudulentos, toda la canalla que sufre abajo sin esperanza alguna? ¿O te creés que la revolución la van a hacer los cagatintas y los tenderos?". Tal vez aquí resida una de las claves del éxito perdurable de Los siete locos, la novela de Roberto Arlt publicada por primera vez en la primavera de 1929, hace más de setenta años.
Hijo de inmigrantes pobres, Arlt supo desde su adolescencia que el trabajo "no enriquece". Durante toda su vida soñó hacer fortuna con algún invento genial, así como su personaje más inolvidable, Remo Augusto Erdosain - protagonista de estos Fragmentos de un amor contrariado.
Desdichado empleado de clase media baja, humillado por su insolvencia, abandonado por su mujer - punto de partida de esta escenificación -, Erdosain siente que la angustia le corroe el alma. "Los hombres están tan tristes que necesitan ser humillados", reflexiona. Simple cobrador en una empresa azucarera, decide robarle a sus patrones seiscientos pesos "con siete centavos". Cuando lo descubren, su desdicha aumenta y su humillación también.
Dinero, ansias de poder, la falta de Dios y la angustia existencial que está más allá de las tribulaciones de una clase, recorren constantemente su obra. Para Arlt, el sufrimiento es inherente al ser humano. Es su "sustancia". El Mal está siempre presente como una forma de autodestrucción. El humillado humilla a quienes están peor que él en la escala social. Y en su degradación siente una especie de feroz placer. Y el sexo es lo contrario de la búsqueda de la pureza. Como un San Pablo, Erdosain nos dice: "Antes de casarme, pensaba con horror en la fornicación. En mi concepto, un hombre no se casaba sino para estar siempre junto a su mujer y gozar de la alegría de verse a todas horas; y hablarse, quererse con los ojos, con las palabras y las sonrisas".
La dramaturgia de Fragmentos de un amor contrariado toma uno de los aspectos menos frecuentados en las teatralizaciones de la narrativa de Roberto Arlt: la relación de pareja; y particularmente, ésa en la que se reflejan mutuamente Erdosain, Elsa, Ergueta e Hipólita, todos personajes de Los siete locos y Los lanzallamas.
Genial, ácrata, nihilista, ácido crítico de la sociedad burguesa, existencialista antes que Camus, buscador de Dios, moralista a ultranza, sarcástico, desdichado, Roberto Arlt tiene plena vigencia. Su cualidad profética nos sigue deparando más delirios, más angustia y humillación.
Carlos Ianni
"Fragmentos de un amor contrariado", de Roberto Arlt. Dramaturgia y dirección: Carlos Ianni. Intérpretes: Marcelo Nacci, Yamila Ulanovsky, Martín Morales, Pablo Finamore, Sergio Baldini y María Figueras. Música: Trío Bue. Asistente de dirección: Fernando Díaz. En el Celcit (Bolívar 825). Funciones: viernes y sábados, a las 21.
Nuestra opinión: bueno.
"Los siete locos" y "Los lanzallamas", de Roberto Arlt, son materiales de constante traslación escénica, y en cada puesta -si bien el centro es Erdosain, uno de los ángeles más intensos de la literatura argentina- cada dramaturgo o director muestra su historia partiendo siempre de un hecho o una situación distinta.
En esta pieza, el eje está en las relaciones de pareja. La obra comienza cuando el Capitán viene a buscar a Elsa -esposa de Erdosain-, y finaliza con el encuentro de Hipólita -la mujer de Ergueta- y el mismo Erdosain, cuando el farmacéutico ha desaparecido. Entre uno y otro extremo el espectador tomará contacto con personajes como Ergueta y Barsut, y completará así un mundo muy particular. Lo que interesa son las conductas, que por momentos parecerían estar sacadas de cuajo del orden narrativo que les dio origen.
Carlos Ianni confronta dos momentos de la historia en los que se impone una fuerte crisis de valores y observa cómo ambos influyen en el mundo privado de seres que están en pareja o ansían estarlo.
El de Erdosain está signado por la angustia metafísica. El de Ergueta, marcado por una intensa contradicción entre el misticismo y el materialismo; el del Capitán, determinado por un supuesto privilegio de clase social, y el de Barsut, por la impunidad que parecería otorgarle el sentirse incomprendido por esa mujer que ama y a quien dice querer destruir.
En contraposición, hay dos mujeres, Elsa e Hipólita, humilladas por ansiar un poco de vida.
Mientras tanto, viven en una sociedad desdichada, en la que nada pueden porque nada parecería encontrar su equilibrio. Así de triste o de brutal, como se prefiera.
Conmovedoras actuaciones
En esta puesta es muy minucioso el trabajo con los actores, los únicos que habitan ese espacio totalmente despojado y que, por la intensidad de algunas actuaciones, se torna aún más vacío.
Es muy interesante también observar el interés continuo por poner todo el tiempo a Erdosain en relación con otros personajes. Casi nunca está solo -algo que en otras puestas es muy común-. Y si bien es cierto que eso le quita protagonismo, potencia otro: el del mundo que lo sostiene.
Una muy buena composición de Marcelo Nacci muestra a pleno las distintas aristas de Erdosain. Es notable cómo puede pasar de una situación a otra y lograr estados tan potentes. Son muy sutiles también las composiciones de Yamila Ulanovsky (Elsa), María Figueras (Hipólita) y Pablo Finamore (Ergueta). Ellos logran dar vida a escenas verdaderamente conmovedoras. Martín Morales (el Capitán) y Sergio Baldini (Barsut) optan por un trabajo quizá demasiado formal que les imposibilita, por momentos, participar en un juego más sensible.
"Fragmentos de un amor contrariado" es una fuerte y provocadora relectura del mundo de Roberto Arlt, significativa y muy vital.
Con magnífica dirección y buenas actuaciones se estrenó una versión de "Los siete locos"
Adaptada de la novela "Los siete locos", en "Fragmentos de un amor contrariado", se redescubre a un Roberto Arlt (1900-1942) -escritor, periodista e inventor-, de una lucidez implacable. Poseedor de una original capacidad que le permitió transformar la 'miserabilidad cotidiana' en un relato filosófico, Arlt, convirtió a los seres anónimos, que ayer -en los años 20- como hoy transitan por la calle, en una poética de un contundente poder imaginativo.
"Fragmentos...", precisamente, expone el 'amor contrariado' que une a Remo Augusto Erdosian y a Elsa, su mujer, la que en busca de mejores horizontes económicos, decide abandonarlo para caer en los brazos del Capitán. A la vez que los otros personajes que rodean a Erdosain: Elsa, Ergueta, Barsut e Hipólita, bien podían representar una serie de fantasmas, que le permiten al protagonista observar la realidad social de su época, como si fuera vista a través de un espejo de imágenes deformantes.
Remo Augusto Erdosain, el personaje imaginado por Arlt, es un perdedor innato, es un hombre sumergido en los sueños imposibles. Ateo más por principios que por convicción, Erdosain es en la actualidad, el héroe trágico abandonado a las leyes de su propio destino.
Entre sueños y utopías
"Fragmentos de un amor contrariado" es una obra de perdedores y a la vez de hacedores de sueños y utopías. A los hombres y mujeres de esta pieza los une la desdicha. Aunque el mismo ingrato destino que pareciera perseguirlos, se convierte en el motor de una vitalidad inusitada, que les permite abrir nuevas puertas ya no a la esperanza, sino a una fe, que pareciera escapar de los cánones religiosos, para internarse en los abismos de lo pagano. De un existencialismo que en síntesis, los hace vivir en un permanente estado de aparente ineptitud ante la vida, para trabajar; enamorarse; para poder concretar sus sueños, estos seres vivien de las ilusiones depositadas en un futuro que se muestra tan utópico como trágico. Lo inquietante de esta acertada versión teatral adaptada por Carlos Ianni de "Los siete locos", es que la tragedia paraciera jugar a las escondidas con los personajes, que terminan finalmente embuídos en un estado de resignación ante la vida.
Una alfombra sobre la que se depositan tres sillas, conforman el espacio escénico de la obra. En ella los personajes, casi arquetípicos de Arlt, vuelvan a cobrar vida a través de seis magníficas actuaciones. Con firmeza, Carlos Ianni, desde la dirección, hilvanó una propuesta que mucho tiene de coreográfico en el diseño de cada uno de los caracteres y en la manera de decir los textos, de estas criaturas de Arlt.
Marcelo Nacci en el papel de Erdosain compone con excelencia a ese hombre derrotado y sumido en un continuo estado de duda e incertidumbre ante la vida. Mientras que Hipólita, a cargo de María Figueras es la síntesis de una mujer derrotada, compasiva y tierna a la vez, que sin duda hubiera imaginado el autor de "Los lanzallamas".
Carlos Ianni y "Fragmentos de un amor contrariado"
El dramaturgo y director presenta este viernes una obra que aborda dos textos de Roberto Arlt, realizando un paralelo entre su vida amorosa y la de sus personajes Erdosain y Elsa.
Ianni y Marcelo Nacci, el actor que interpreta a Erdosain, uno de los personajes célebres de Arlt.
A la profusión de trabajos sobre el escritor, dramaturgo y periodista Roberto Arlt y su obra se suma un nuevo montaje, Fragmentos de un amor contrariado, cuyo tema central es la relación amorosa entre el hombre y la mujer. La pieza, con dramaturgia y dirección de Carlos Ianni, se estrena el viernes en el Teatro Celcit, de Bolívar 825. El material que la sustenta proviene de cartas y textos de Arlt, referidos a su primera esposa, y de sus dos novelas más famosas: Los siete locos –publicada en 1929, poco antes del golpe militar del general José Félix Uriburu (6 de setiembre de 1930)– y la posterior Los lanzallamas (octubre de 1931). En diálogo con Página/12, junto al actor Marcelo Nacci (quien compone a Erdosain, oscuro empleado de una compañía azucarera), Ianni dice haber querido eludir ciertas recurrencias: "Cuando comenzamos con este trabajo, traté de evitar Los siete locos, porque su utilización me parecía un lugar común en los teatristas, pero después descubrí en esta novela una veta que pocos frecuentan. Encontré un paralelo entre la propia biografía de Arlt, la de su relación con su primera mujer, y la que mantienen en la ficción los personajes de Erdosain y Elsa".
Al recorrer ese filón, Ianni halló en esa faceta de la historia de Erdosain espejos deformantes de otra realidad. Obvió, según cuenta, los aspectos más locos, aun cuando éstos persisten en los sueños de felicidad de los personajes de Fragmentos..., cuyo elenco se completa con Sergio Baldini, María Figueras, Pablo Finamore, Martín Morales y Yamila Ulanovsky. Se trata de individuos en crisis, tristes, cínicos o traidores, depositarios de toda clase de contradicciones, en permanente desencuentro entre sí y respecto de un entorno que los acorrala y mantiene unidos por desesperación. Ianni aclara que esta puesta no es un experimento psicologista: "Expongo las contradicciones, y me preocupo mucho de no tomar partido por una posición", apunta.
El acercamiento a la obra de Arlt es siempre complejo, y múltiple la interpretación de intelectuales y artistas. En cuanto al drama interior de Erdosain, se duda incluso "de la unidad de la persona que narra", como señala el director (quien repone, también en el Celcit, Monogamia, obra del chileno Marco Antonio de la Parra invitada al próximo Festival de Teatro Latino de Miami). En su opinión, la escritura de Arlt es "literatura viva", y por lo tanto el único planteo posible es mostrarla de forma descarnada: "Este es un autor que crea preguntas, genera interrogantes, y a uno como director le queda poner en acción esos interrogantes".
Sobre Arlt (que nació el 26 de abril de 1900, de madre austríaca y padre alemán, y murió de un infarto el 26 de julio de 1942) se dijo que el teatro y el relato policial lo ayudaron a salir del mundo cerrado de sus novelas, todas urbanas, originales e imposibles de ser reducidas a esquemas. Esa “apertura” hace aún más problemático este montaje, para el cual el director tomó sólo seis personajes (Erdosain y Elsa, Ergueta e Hipólita, Barsut y el Capitán), enfocando la obra desde la visión de Erdosain, en la que domina, según se ha escrito, un "irracionalismo" generalizado.
"Estas relaciones son todas muy complicadas. En ellas la degradación produce placer y los amores obedecen a razones que la razón no entiende", sostiene Ianni, en tanto rescata a Elsa como el personaje que busca salir de una situación de "encierro existencial". Por su lado, el actor Marcelo Nacci (autor de Cartas a Delmira, intérprete en Puentes y codirector de La entrevista, obra del ciclo "Teatro x la Identidad") pone el acento en aquello que en los personajes de Arlt implica un avasallamiento. Sobre ese punto, opina: "Pasaron setenta años desde la escritura de Los siete locos y hoy sentimos ese deterioro social, esa misma impresión de hallarnos en un callejón sin salida. La comprobación de ese retroceso produce escalofríos". Recuerda que no es casual que en 1932 el autor, director y periodista Leónidas Barletta, fundador del Teatro del Pueblo, escenificara un fragmento de Los siete locos (El humillado).
De todas formas, Nacci descubre entre la frustración, la mentira y la crueldad radiografiadas por Arlt la búsqueda desesperada de algo que dé sentido a la vida: "Cuando nos reuníamos para pensar cómo abordar a Arlt, empezamos por preguntarnos si nosotros mismos habíamos pasado por un momento de cobardía, de impotencia por no poder devolver una piña, por ejemplo. En esa vuelta sobre las propias experiencias, vimos que también nosotros no habíamos podido responder a alguna afrenta. A veces porque el que teníamos delante era un grandote, pero también porque vivimos en un país donde no importa qué le pasa al más débil. Ese darnos cuenta nos ayudó a entender a los personajes de Arlt, a esa gente desesperanzada, que está en carne viva y tan triste que se deja humillar".
con Gabriela Bianco
4 de septiembre al 9 de octubre
Miércoles de 19 a 21
con Leila Barenboim y Ana Groch
16 de mayo al 29 de agosto
Jueves de 15 a 17
con Teresita Galimany
5 de junio al 31 de julio
Miércoles de 19 a 21
con Malena Graciosi y Josefina de Cara
2 de mayo
9:30 (hora Argentina)
con Arístides Vargas (Ecuador)
22 al 25 de abril de 2024
Lunes a jueves de 14 a 18