Mujeres a la obra. 1° ciclo de teatro y feminismos. 16 al 19 de noviembre
Nos vulneran, nos agreden, nos obligan a llevar una alegría impostada, a encajar en cánones de belleza, nos manosean, nos gritan, nos violan, nos matan, nos esclavizan, nos desaparecen.
Pero no nos silencian. Ponemos el cuerpo en la intimidad, en la calle, en la vida, en el teatro. Nosotras pensantes, gozantes, luchadoras, soñadoras. Nosotras que todavía podemos porque somos cuerpo y alma de las que ya no están, de las acalladas, de las vigiladas.
En nuestro territorio, que es el teatro, nos ponemos en movimiento, nos respiramos, nos homenajeamos, nos sentimos, nos abrazamos… Nos ponemos a la obra.
El próximo noviembre, mes que se conmemora el Día internacional de la No Violencia hacia las Mujeres (#25N), actrices, directoras, dramaturgas, gestoras, asistentes, productoras nos juntamos para celebrar nuestras luchas del 16 al 19 en el CELCIT.
Este Primer ciclo de teatro y feminismos surge de una necesidad apremiante, esencial y urgente de poner a la vista las memorias grabadas en nuestros cuerpos. Si, en palabras de Juan Carlos Gené, “la historia nos muestra la terca corporalidad del teatro” es en la escena donde con cálida comunión y vibrante libertad nuestros cuerpos transmitirán el mensaje, las heridas, las luchas, los golpes y también las risas, individuales y colectivas. Porque en cada mujer habitamos todas. Somos “nosotras”. Somos mujeres. ¡Mujeres a la Obra!
1° Ciclo: del 16 al 19 de noviembre de 2018
Se realizó una charla abierta con participantes de todos los elencos del ciclo e inaguró la exposición de arte urbano "Yo Soy Juntas Somos" que llevaron a cabo Mujeres de Artes Tomar junto a Estudio MVG.
Esa niña
Con: Maia Lancioni. Escenografía y vestuario: Maricel Aguirre. Iluminación: Lucia Feijoó. Fotografía: Hersilia Alvarez. Producción: Marina Kryzczuk. Supervisión dramatúrgica: Maruja Bustamante, Camila Mansilla, Eugenia Pérez Tomas. Texto y dirección: María Lucila Quarleri
Están lloviendo hombres
Con: Lucía Adúriz, Mariela Asensio. Asistencia de dirección e iluminación: Paola Luttini. Texto y dirección: Mariela Asensio
Rosa del Desierto
Con: Verónica Heguy, Lidia Volpe. Música: Pilo García "Corre" y "Solitario". Asistencia: Micaela Arditi. Dramaturgia y dirección: Claudia Quiroga
Rayito de Sol
De Natalia Villamil. Con: Leticia Torres. Escenografía: José Escobar. Vestuario: Paula Molina. Iluminación: Sebastián Evangelista. Música original: Daniel Quintás. Producción ejecutiva: Bárbara García Di Yorio. Asistente artística: Natalia Villamil. Dirección: Cintia Miraglia
Maldichas
Producción artística: Victoria Carrión. Producción ejecutiva: Nora Rita Filmus. Actuación y dirección: Daniela Carballo, Lara Hernaiz, Lena Zapata
Descansa
Con: Verónica Cognioul Hanicq, Susy Figueroa, Romina Oslé. Escenografía y vestuario: Eliana Itovich. Iluminación: Lucia Feijoó. Diseño sonoro: Pedro Donnerstag. Fotografía: Federico Barreña, Gustavo Pascaner. Producción General: LugarOtro, Poética Resiliencia. Producción Ejecutiva: Andrea Villamayor. Asistencia de dirección: Florencia Peralta. Dramaturgia y dirección: Pilar Ruiz
Los golpes de Clara (Comedia de género)
Texto y actuación: Carolina Guevara. Asistencia técnica: Alfredo Aguirre, Marcos Peruyero. Escenografía: Alfredo Aguirre. Vestuario: Julieta Grinspan. Música original: Mariano Travella. Iluminación: Víctor Guidoli. Fotografía: Nicolás Finoli Blanco, Adrián Sosa Escalada. Prensa: Débora Lachter. Producción ejecutiva: Andrea Villamayor. Dramaturgia y dirección: Leandro Rosati
CELCIT. Temporada 2018
Un ciclo de obras que destacan a dramaturgas, actrices y directoras, con temáticas de género y dialéctica inclusiva.
https://www.lanacion.com.ar/2192567-en-el-celcit-la-voz-de-las-mujeres-se-eleva-sobre-el-escenario?fbclid=IwAR3Q-fJBSO9bxPN8ggE05xX6P9RGAySh_9lUKfc14aPFvuG8ZFr-nDR9Lzo
Mariela Asensio, Claudia Quiroga y Carolina Guevara hablan de las urgentes razones para idear el ciclo. “Estas obras cuentan la coyuntura y las urgencias desde nuestros cuerpos”, señalan.
Para que resuene fuerte la voz de las mujeres, un grupo de dramaturgas, directoras y actrices se unieron para crear Mujeres a la obra, Primer Ciclo de Teatro y Feminismo en el Celcit (Moreno 431). Entre hoy y el lunes habrá obras hechas por mujeres y con perspectiva de género. “Con distintos lenguajes y estéticas, cuentan la coyuntura y las urgencias desde nuestros cuerpos”, resume a PáginaI12 Claudia Quiroga, una de las artistas involucradas. Están lloviendo hombres, con texto y dirección de Mariela Asensio, abre el juego hoy a las 20 con un mundo en que “todo lo que no sea un hombre corre peligro”. También hoy, a las 20.30, se verá Esa niña, delicada pieza de Lucila Quarleri sobre Eva Perón. Mañana será el turno de Rosa del desierto, obra de Quiroga sobre la lucha feminista (a las 20), y de Rayito de sol, de Natalia Villamil (a las 22.30), definida como “una travesía femenina de amor”. El domingo a las 22 se verá Maldichas, respuesta de Daniela Carballo, Lara Hernaiz y Lena Zapata a la desigualdad y la opresión. Descansa, de Pilar Ruiz (a las 18), aborda el embarazo no deseado; y Los golpes de Clara, con destacada actuación de Carolina Guevara, cruza violencia machista y coyuntura política (a las 20).
Son varias las razones del ciclo. Que, como dice la directora de Rosa del desierto, “ojalá no existiera”. “No es lo que queremos. Nos vemos en la necesidad, para poder estar con nuestras historias. La historia la siguen contando los varones”, se lamenta. Como telón de fondo están las denuncias de abusos y violencia machista en el teatro, con Omar Pacheco como reciente caso emblemático. “Estamos en otro país, otro cuerpo de mujeres, con la sororidad a flor de piel. Ya no nos callamos”, remarca Quiroga. “El marco posibilitó que la situación fuera denunciada colectivamente. Antes las mujeres se iban solas de los espacios”, analiza Carolina Guevara.
“Me he ido de clase muy enojada porque querían generar impacto y te violentaban físicamente”, revela la actriz. Es moneda corriente: “Tuve muchos profesores que eran un asco”, dice Mariela Asensio. “Siempre doy el ejemplo de los masajeadores. Soy docente hace muchos años. ¡No se me ocurriría masajear a nadie! Me entero de colegas que se acuestan con alumnas, que en la primera clase eligen cuáles les gustan. Todo esto se sabe. Pero no conozco antecedentes de mujeres que se acuesten con alumnos, los toqueteen o hagan chistes sobre su cuerpo”, expresa la directora. Y advierte: “Hay grandes popes y directores de escuelas a los que todavía nadie escrachó. Son como unos capos, pero son altos maltratadores”.
En este contexto emerge esta iniciativa urgente que busca cuestionar la legitimación a la que los varones acceden con mayor facilidad. En estos años es notable el crecimiento de producciones con perspectiva de género. “Hay muchos varones que salieron a hacer obras sobre nosotras”, sugiere Guevara. “Y ganan premios, los editan y representan sus trabajos no sé dónde... es muy loco. Hay compañeras que abordan ciertos temas hace años, y sale un chabón haciendo una obra y lo editan a él y gana premios. He visto obras con perspectiva de género, hechas por hombres, alucinantes. Pero lo fenomenal, en el mal sentido, es la inmediata legitimación de la que ellos gozan”, contrasta Asensio. Es una problemática no sólo de construcción de imaginario, sino también laboral. “En espacios de decisión y/o discursos, en dramaturgia o dirección, nuestra presencia en cualquier espacio no autogestionado es bochornosamente menor”, añade la directora. Y no es que haya menos mujeres escribiendo. Asensio lo comprobó en Argentores: “En el último año casi el 50 por ciento de los registros son de mujeres. Históricamente accedimos a lo que accedimos conquistando derechos. Para mí el arte no es sagrado: trabajo de esto. Todo bien con los ciclos, pero quiero igualdad en otros espacios”, argumenta la dramaturga.
Asensio y Quiroga, de extensa trayectoria, no tuvieron oportunidad de dirigir en el teatro oficial. “¡Susana Torres Molina nunca fue programada!”, dice la directora de Mujeres en el baño. Las creadoras del ciclo –que en la jornada inaugural incluye una charla junto a elencos y la socióloga María Pía López, de Ni Una Menos– decidieron que la dramaturgia fuera de mujeres. “Puede haber un elenco que necesita de varones en su historia. No es que no queríamos varones. De hecho a mí me dirige uno. Pero queríamos que la voz fuera de las mujeres”, explica Guevara.
“En el teatro de todos los tiempos, y sobre todo en el de los popes varones, los personajes femeninos son cuerpos en la ignominia de la vida. Se abren paso como pueden o se suicidan, como Ofelia”, desliza Quiroga. “Muchas nos estamos apartando de estos cánones. Entramos en poéticas diferentes, en otra manera de hilar lo que contamos, todavía en transformación. No sé si vamos a un lugar más matriarcal, pero estamos generando un nuevo paradigma”, completa. “La escritura de las mujeres parte del territorio del cuerpo. A todas en algún momento nos atravesó una situación de violencia. Las dramaturgias de los varones no tienen esa vivencia. Hay una subjetividad distinta, y vamos a bregar para que se vea”, compara Guevara. “Nuestros cuerpos son territorios heridos por los abusos en el ámbito teatral, nuestras casas y con maestros de otras índoles, pero estamos volviendo a poblarlos”, concluye Quiroga.
A través de siete obras que apuntan a abordar temáticas como el aborto, la violencia de género y el rol de las mujeres en la sociedad, surge el primer ciclo de teatro y género, Mujeres a la obra, que parte de la necesidad apremiante, esencial y urgente de poner a la vista las problemáticas que sufren los cuerpos femeninos en una sociedad patriarcal y que se realiza del 16 al 19 de noviembre en CELCIT.
Al respecto de esto, Gabriela Blejer, integrante del equipo de gestión del CELCIT, reflexionaba sobre la propuesta teatral: “La creación de este ciclo fue un impulso, y una necesidad. A través de eso fuimos convocando gente, que creíamos que estaban trabajando sobre temáticas feministas, desde los proyectos y desde lo humano. Son todas obras ya puestas, no hay estrenos.”
Lucila Quarleri, autora y directora de “Esa niña”, agrega: “Esa urgencia pasa por que el feminismo está tomando las calle, entonces es necesario tomar los teatros también y empezar a trabajar en espacios gestionados por mujeres, y reconocer el laburo de la compañera. También lo que nos pasa es que no tenemos el espacio para expresarnos, el CELCIT te da ese lugar dentro del teatro alternativo.”
Además, continúa Quarleri: “En las calles respiras arte, todas vamos a una marcha en un estado de performance. Entonces si en las marchas pasa esto, ¿Cómo hacemos que eso que sucede allí pase en el teatro? Necesitamos que esas nuevas exigencias feministas se respeten en el teatro, y en todos los espacios artísticos, en el cine ni el 30% de las directoras son mujeres.”
Por otro lado, Blejer se cuestiona acerca de la participación del arte en este movimiento social, que tomo tal repercusión este año. “¿Cuál es el rol del teatro en este movimiento? El cuerpo de la actriz es esencial. Desde lógica debemos pensar en el debate del cuerpo de la mujer como territorio de conquista, y eso dialoga con nuestra actividad por que nosotras nos expresamos con el cuerpo y cada uno es un mensaje. Ahí encontras una relación entre el teatro y el feminismo”
“También es importante mencionar la brecha entre el teatro oficial y el independiente, teniendo en cuenta que el primero todavía sigue siendo restrictivo con la participación femenina, entonces nos lleva a nosotras a buscar otros espacios. En este ciclo la mayoría de las actriz, dramaturgas y directoras son mujeres.”
Teniendo en cuenta que el ciclo se desarrolla en un espacio independiente, los temas que allí se ponen en discusión plantean otra lógica con respecto al teatro oficial: “La propuesta es poder acercar a la gente a pensar temáticas desde otra óptica, desmitificar hechos, circular en otros circuitos y convocar diferentes públicos.”
Por su parte, Lucila cuenta acerca de “Esa niña" una de las primeras obras del ciclo: “Es un unipersonal, y tiene como objetivo representar la sororidad. Una de los puntos mas importantes es representar la voz de Eva Perón, para todas las mujeres que no la tenían y que hoy en día siguen sin tenerla seas de cualquier partido político. Eva nos dio el voto, escribí esta obra pensando en eso, en ella como un icono que nos otorgó derechos.”
La autora se plantea otro punto de importancia y quiebre en la obra que es la voz de la mujeres: “La importancia de la voz, y sino nos escuchan hay que gritar. Es un grito político y resignificar lo que nos dicen a diario.”
con Cintia Miraglia
18 de mayo
19 h (hora Argentina)
con Carlos Fos
1º de julio al 30 de septiembre
Martes de 19 a 21
con Laura Szwarc
1º de julio al 31 de agosto
Miércoles de 17 a 19
con Malena Graciosi y Josefina de Cara
2 de mayo
9:30 (hora Argentina)
con Debora Astrosky
1º de agosto al 30 de noviembre
Miércoles de 19:30 a 21:30