HACER TEATRO HOY. CÓRDOBA:
FESTIVAL EN TIEMPOS DE CRISIS
Argentina
Por Hedda Kage
Córdoba a comienzos de la primavera. Fines de septiembre,
con temperaturas veraniegas y árboles florecientes, no deja entrever
al turista nada en un primer momento: no hay depresión, no hay
pobreza visible. Las personas se juntan un sábado a la noche en
el Shopping Center Patio Olmos, las vidrieras llenas, los precios normales,
bastante burlescos para los poseedores del euro, que entre pesos y bonos,
logran un cambio a 1:3,8. Los pantalones y zapatillas de las marcas internacionales
y la variedad confiada a la que le vuelan las moscas, hacen que por primera
vez se de cuenta, cuando la acompañante lo hace notar, que la gente
pasea, mira todo aquello que ya no puede comprar, porque el ahorro ya
no está. Los precios subieron, los sueldos cayeron, nadie paga
más impuestos, apenas reúnen el dinero para el alquiler,
de Obras Sociales o Seguros ya no se habla, sacan a los chicos de los
colegios privados, los únicos capaces de garantizar algún
tipo de educación sólida.
La cola de espera un lunes por la mañana se la observa
por cinco cuadras y se mueve por horas en las pocas ventanillas de atención,
para sacar de los bancos los $ 120 de subsidio mensual. Acá no
hay diferencias de clases sociales, ya que se encuentran desde maestros
desocupados hasta el basurero, todos aquellos que no se han sumado todavía
al "éxodo", al salto en el exilio hacia Europa o a los
Estados Unidos.
El 50% de la población esta bajo la línea de
la pobreza. Existe un aumento masivo de la criminalidad, cada vez en sus
expresiones más terribles. "Secuestros express", se denomina
en lenguaje popular a una nueva forma extorsiva de secuestro de personas.
En las zonas más tranquilas de la ciudad, es posible ver en las
persianas bajas y en las ventanas tapadas de muchas casas el mismo cartel:
"se vende, se alquila". En el campo, en los pequeños
pueblos de las sierras, donde hasta ahora el turismo florecía y
que representaba un tercio del ingreso de la provincia, hay casas muertas,
jardines olvidados, dejadez y parálisis.
Todavía no es todo tan grave como en Buenos Aires, donde
la recolección municipal de basura, con la diferenciación
de la misma y que la gente no quiere, necesita de la protección
de la policía contra los cartoneros.
Inmobiliarias y concesionarias de autos están casi en
la ruina. Mientras en cada esquina hay una casa de cambio con los porcentajes
entre pesos y bonos locales, la especulación y el juego crecen.
Cuando la gente esta agotada por tener trabajos extras mal
pagados ¿de donde sale la energía, la fantasía para
generar proyectos alternativos o para dejar crecer ideas políticas
nuevas? Por lo pronto alcanza para las pequeñas soluciones los
llamados "trueques".
Hace tiempo que la corrupción ha alcanzado disolver
toda la estructura social-moral y la docilidad atraviesa toda la sociedad.
Cómo puede ser que hablar de responsabilidad sea todavía
un tema, cuando representantes de la ciudad no pueden explicar el porque
tienen un millón de dólares depositados en su cuenta bancaria.
¡No se hace una investigación de los escándalos!
La tirada gratis de un diario con formato de bolsillo (Diario
de bolsillo), informa de manera cotidiana este tipo de casos. Por lo menos
existe una cantidad de ciudadanos que busca una revocatoria del mandato
del actual intendente y para ello necesitan 80.000 firmas. En el ámbito
nacional las cosas no son mejores. Ninguno de los candidatos a presidente
para las próximas elecciones es confiable para cambiar el rumbo.
Son todos representantes del sistema, responsables de la ejemplar quiebra
del país.
En la disuelta atmósfera del Café estudiantil
Alfonsini, no es posible percibir la crisis en un primer momento. Se toma
menos, se comparte la botella de cerveza, se toma un café, en vez
de tres, pero la atmósfera es especialmente confortable.
Difícil es imaginar que la crisis ha llegado incluso
a los colegios, donde como dicen, existe un aumento de violencia. De la
Oficina del Festival se robaron computadoras, así como de la casa
particular de la responsable del Evento. Esto no lo paga ningún
seguro y la policía se encuentra desarmada o en algunos casos aislados
hasta participa. No por nada crecen las empresas de vigilancia privada
directamente proporcional con la criminalidad. Porque todos están
mal pagos, siempre aparecen colaboraciones entre unos y otros.
Naturalmente nosotros nos movemos en lugares en donde la pobreza
no se percibe a simple vista. Las calles están llenas de amarillo
o verde por los taxis y remises vacíos que circulan. Demasiadas
licencias fueron otorgadas. Gente joven deseosa de tener un futuro tanto
para su familia como para el país, están ahora resignados
pues ningún candidato presidencial se atrevería a cambiar
a fondo el sistema social existente, tan arraigado en la mentalidad de
la población, y cambiar “recipientes de limosna” (120
pesos mensuales) en fuerza productiva. También la libre de culpas
candidata Carrió es catalogada de idealista sin perspectivas porque
en su futuro gabinete no tiene Ministro de Economía capaz de imponer
cortes radicales en el sector social, en contra de todos los “conceptos
socialistas”, para invertir el dinero desperdiciado (regalado) en
iniciativas productivas que le corresponden al Estado. El país
está vendido; la Patagonia pertenece en gran parte a los Benetton.
El menemismo llenó los bolsillos de su clan y su equipo y lo que
sobró lo repartió a los demás. Nadie esta preparado
para un cambio fundamental, ni los sindicatos, quienes fueron "vendidos"
y Menem el responsable. Suena como un chiste de cabaret y es real: cuando
Menem llegó a los primeros 100 millones de dólares en su
cuenta personal, hizo una fiesta para el círculo de gente más
cercano a él. Ahora es candidato nuevamente y no es poca la gente
que finalmente lo apoyaría, ya que al fin y al cabo, bajo su gobierno
entró dinero al país. La crisis actual se debe a su política,
todos lo saben y a nadie le importa.
Que el ex-presidente y actual candidato Menem, teniendo una
cita con el Poder Judicial, no apareciera, no sorprende a nadie. Afirmó
no tener tiempo, además de conocer al juez.
Se dice: "El pez apesta desde la cabeza". Las escandalosas
y las absurdas dimensiones pertenecen a la loca realidad y los sindicatos
con su gran estructura organizacional no son ningún factor de oposición
ya que están estrechamente ligados al corrupto sistema de privilegios
y limosnas. El inmedible mar de trabajadores, en algunos sectores, trabaja
hasta 10 horas diarias, a pesar que un trabajo eficiente no demandaría
más de cuatro horas. Profesionales bien calificados y formados
por el Estado buscan irse, lamentablemente, lo antes posible al extranjero.
Es para reír y llorar. La depresión de 1930 no fue tan grave
como la de ahora. Sólo poco se mueve en la parálisis. Hasta
lo poco es asombroso. A esto corresponde el
FESTIVAL DE LA AMISTAD,
como Graciela Amaya denomina con cariño a lo que hace tres años
le dio la vida y que en contra de todos los pronósticos y en medio
de unas de las crisis económicas mas difíciles, defiende
al Festival Internacional de Teatro Mercosur 2002. Ella dice con razón,
ya que entre las condiciones que ella propone es impresionante la solidaridad
internacional y el apoyo de los grupos nacionales y regionales que colaboran
con el Festival que sufrió un recorte del 50% de su presupuesto.
Es llamativo. La charla con la “Turca” –así se
les dice en Argentina a los de descendencia árabe- y recién
Directora de Teatros de la Provincia, contesta como un volcán a
punto de explotar, floreciente de energía, con generación
de ideas, dos días antes del comienzo del Festival: ¿Cómo
se hace un Festival en tiempos de Depresión?. "En principio
no se hace nada distinto a otras épocas, porque estoy convencida
que en realidad nada ha cambiado. Arte, cultura en general, es una inversión
en las personas, y no en un sector catalogado socialmente. El dinero para
la cultura no puede ser manipulado, ya que es el refugio de la reserva
de fantasía del hombre, la base para su comprensión en contra
de la auto alienación y destrucción de afuera". Por
eso este Festival, donde los grupos invitados no reciben honorarios ni
viáticos, son alojados en hoteles de tres estrellas, así
como una participación en las ganancias del 80 al 20%, puede definirse
un Festival con posibilidades limitadas, pero no "pobre". Pablo
Cadena, pintor, profesor universitario y desde hace tres años nombrado
por el Gobernador de la Sota como Director de Cultura de la
AGENCIA CORDOBA DEPORTE, AMBIENTE, CULTURA Y TURISMO
se toma el tiempo de guiarnos en la razón de ser de esta nueva
institución cordobesa. Cuando cambió el gobierno en la Provincia
de Córdoba, el Gobernador con el pequeño partido de la coalición
de Pablo Canedo y sus amigos no tuvieron un camino fácil lo que
a la cultura se refiere. Primero se elevó la asignación
de aquella época en un 130%, es decir unos 18 millones de pesos
más, y se elaboró un nuevo concepto político-cultural
para lograr una mayor eficiencia y una transformación en su estructura.
Antes casi el 90% de los ingresos era destinado para el pago de personal,
así que no quedaba sustancialmente mucho. Así lo veía
el nuevo borrador de creación de una Agencia de Cultura, la cual
debería ser independiente del Ministerio de Cultura y de su estructura
burocrática y responder directamente al Gobernador. La Agencia,
-sólo las escuelas de arte quedaron bajo la órbita del Ministerio
de Educación- agrupa a algunos museos, teatros, salas, áreas
deportivas, naturaleza y medio ambiente con estancias y sitios de importante
interés histórico, denominados “patrimonios culturales”.
Es autónoma en cuanto a la utilización de los recursos y
pudo así, en poco tiempo, no sólo reemplazar trabajadores
por mano de obra especializada, sino también, por ejemplo, mejorar
la estructura edilicia del Teatro Real así como otorgarle un nuevo
brillo al Chateau Carreras con su clásico parque con una extraordinaria
exposición de arte moderno. Con un activo programa de actividades
(conciertos, charlas, teatro al aire libre) Pablo Cadena busca que la
joya arquitectónica que es la ciudad y que está en el consciente
colectivo de la población, sea una nueva incorporación a
la atracción turística de la ciudad. Los artistas realizan
sus trabajos generalmente sin percibir honorarios, pero reciben de la
Agencia carteles y publicidad para hacer conocer sus producciones: Objetivo:
autogestión. Otra iniciativa productiva fue el reconocimiento como
patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO de los edificios jesuíticos.
Pablo Cadena disfruta de sus éxitos, que le demandan tanto tiempo
y energía, que pocas reservas le quedan para el trabajo artístico
personal. El sabe muy bien, que –en el caso de un cambio de gobierno
a comienzos del 2003– muchos puestos de trabajo entrarán
en disponibilidad, pero institucionalmente hay mucho garantizado. Esto
también quiere Graciela Amaya para el Festival Internacional de
Teatro del Mercosur y mantiene intensivos contactos cooperativos con las
organizaciones de Festivales similares en Uruguay y Brasil. ¿Qué
dijo el Gobernador de la Sota, tan suelto de cuerpo en su discurso de
asunción?
LA CULTURA ES “LA PAMPA DEL ALMA”
¡Ojalá pueda protegerse del derrumbe político-cultural!
“La mitad del objetivo de este Festival, es contra el aislamiento,
que tan frecuentemente va de la mano de la pobreza”, opina Graciela.
“Entonces vale generar una política de la cultura como parámetros
que guíen al Festival. Para mí esto incluye también
un intercambio cultural, que no necesariamente toma las innovaciones internacionales
sin sentido, vendidas en los folletos, sino en el cuidado de estrechas
relaciones, como en el caso con Alemania, que gracias a la continuación
del trabajo con el Instituto Goethe a través de los años
y que en este Festival participa como invitado en dos obras y cuatro coproducciones”.
Los ojos de “la turca” brillan cuando recuerda su estadía
en Frankfurt y Berlín, sus sensaciones, los falsos mitos y prejuicios
que borró. Ella sabe que este Festival es un bautismo de fuego.
¿Participará la gente, pagarán 5 pesos por las representaciones
en la salas grandes y hasta 8 en las salas pequeñas?
Esto es una cifra sensiblemente inferior a la del pasado año,
cuando la gente tiró abajo las puertas. Pero las personas bajo
los efectos del shock económico –¿cuánta importancia
vital tendrá para ellos este año el Festival? ¿utilizarán
sus magros ingresos en las ofertas que se les ofrece? Misma duración,
misma cantidad de grupos participantes, alrededor de quince talleres para
actores, baile, críticas teatrales, dramaturgia y teatro para niños,
un simposio de autores, así como muestras en cárceles y
hospitales. El conjunto del programa ofrece un equipo de asesores y un
equipo muy unido, confiable en un ciento por ciento. Los padrinos extranjeros
han tomado una decisión y los asesores nacionales han hecho, sobre
la base de videos, su propia elección entre la pequeña variedad
de grupos. ¡Es asombrosa la financiación que los grupos han
conseguido! Treinta y siete grupos (internacionales y nacionales), con
más de 200 representaciones no sólo en la ciudad de Córdoba,
sino en toda la provincia, demuestran el financiamiento obtenido. Para
la apertura, el sábado 28 de septiembre, a las 20:30 horas, los
organizadores desistieron de los fuegos artificiales para reemplazarlo
por algo pagable y teatralmente lleno de efectos, en un espectáculo
en la calle con puesta en escena sobre el frente del Teatro San Martín,
cuyas grandes ventanas fueron adaptadas como escenario para los miles
de espectadores que pagaron. Con músicos y vestuario, responsabilidad
del vestuarista/director, hacen una serie de actos humorísticos
de óperas, operetas y musicales, cuyos protagonistas como figuras
vivas paseaban entre una ventana y otra. No hubo discursos oficiales,
sólo una moderación al mejor estilo televisivo, que fue
transferida en directo por los estudiantes de la Escuela de Cine. Dos
puestas paralelas (Italia y Cuba) abrieron a las 22:30 a sala repleta
el programa artístico.
CUBANÍSIMO
es una prolija combinación de concierto y recitación. El
actor afrocubano Tito Junco es un mito viviente y cuyas recitaciones de
la poesía de Nicolás Guillén y de algunas baladas
liberan al programa de la mera convencionalidad y atractivo virtuosismo
de la noche. En el hace poco restaurado y bien dirigido Teatro Real con
sus tres plateas estallan en un frenético entusiasmo, cuando el
conocido Septett Matamoros deja que la rumba fluya como lava entonando
el inolvidable “Comandante Che Guevara”. Para el 35 aniversario
de la muerte del “Che”, quien ocho años de su infancia
vivió en Alta Gracia, el diario Página 12 editó un
CD con fotos y textos conocidos y muchos desconocidos de él.
MEMORIA Y OLVIDO
a pesar de no ser necesariamente el tema preferido en la actual miseria
económica, se flamea como una bandera temática en algunas
producciones del Festival y en eventos paralelos. En este contexto se
haya el encuentro casual con Eduardo Pavlovsky, quien a la noche –fuera
de programa, “a mí nunca me invitan desde Córdoba”
- presenta en la Facultad de Lenguas la última función de
su unipersonal “La muerte de Marguerite Duras”. La sala esta
llena y afuera quedó un atasco de gente. La presentación
tiene todos los condimentos típicos que convirtieron en leyenda
a Tato Pavlovsky, quien también en Alemania con su obra “Paso
de Dos” (1991 – Festival de Teatro Mundial – Essen-)
y con “Podestad” (1996 – Congreso Teatro del Cono Sur
– un encuentro con Alemania – en la casa de la Cultura del
Mundo), se encargó en provocar una sensación perturbadora.
El texto es un monólogo dirigido a un retrato familiar imaginario.
En un viaje de recuerdos sutiles, intenta superar el pasado de la historia
argentina a través de una historia familiar fingida. Así
de fácil y de frecuente hasta llegar al límite, llena de
sorprendente humor con su puesta manierista. Es asombroso como Pavlovsky
guía a “su” público manejando con humor y delicadeza
sus propios manierismos actorales llevándolo al cosmos de sus obras
(peleas de box y violencia) que en la gran sala puede llegar a oírse
el caer de una aguja. Esta transparencia –una virtud sui generis–
siempre a la altura de nuestro presente queda fuera del programa del Festival,
que con otra famosa puesta en escena de Buenos Aires, presenta el tema
de la búsqueda de desgraciadas huellas en el pasado de la dictadura
militar.
“Memoria” de Oscar Pacheco es la primera parte
de su trilogía realizada por el Teatro Libre, cuya segunda parte,
“Cinco Puertas” pudo verse en el Festival 2001. Un contraste
ideológico y temático más grande en el tratamiento
formal de la historia de la memoria no se puede imaginar. Por un lado
el sillón analítico de Pavlovsky, ejecuta su acrobacia asociativa,
elocuente, atravesando lúcida y dolorosamente toda la escala de
emociones. Por otro, la tumba tenebrosa envuelta en oleadas de tinieblas
asfixiantes, una cámara de padecimientos, un nicho de subconsciente,
de desplazamientos de culpa. En ese paisaje lo que Pacheco hace es conjurar
por medio de una luz encandilante fragmentos de acción, gestos,
alaridos expresivamente ahogados. Al mismo tiempo que sorprende con figuras
familiares estilizadas a través de un lenguaje artificioso, reducido
que consiste en perfectos y efectistas cambios de posición.
Del mundo de las palabras de Pavlovsky salen caminos liberadores.
Del Mausoleo de Pacheco no hay ninguna escapatoria. Diez años separan
ambas producciones, mientras tanto una generación más joven
levanta su voz al tema del recuerdo con variaciones grotescas, satíricas,
irrespetuosas y malignas que borran todo pathos moral.
El trío Spregelburd, Tantanian, Daulte ha denunciado
desde hace dos años con “La escala humana” todos los
conceptos de valor y las fatalidades de la nación por medio de
sus chistes provocantes que han dejado sin aire al público europeo.
Ahora llega a Córdoba. “Cine quirúrgico” de
Alejandro Tantanian pone la historia Argentina sobre el famoso genio Doctor
Alfredo Posada y sus investigaciones genéticas, en la rama de las
deformaciones sexuales en chicos, a través de fotografías
que muestran casos del año 1899. Brillante la actuación
de Rubén Szuchmacher en el papel principal que me hizo recordar
al famoso “Mefisto” Gustav Gründgens. El compositor Rudnitzky
hace su debut como director de escena de una manera visual y acústicamente
congruente. Logra, a través de un humor involuntariamente cómico,
evitar que el público se sintiera penosamente impresionado al ser
confrontado a los viejos actores, las cuatro víctimas, a quién
presentó como un coro griego.
Los teatristas alemanes nos sentimos muy unidos a todo lo que
se refiere trabajos sobre el recuerdo, el duelo, la memoria, la historia
“biografías construidas”. Así parece a los colegas
argentinos cuando recuerdan los últimos años del diálogo
argentino-alemán en Córdoba. Por quinta vez trabaja en Córdoba
Stefan Suschke, quien fuera una vez dramaturguista del Berliner Ensamble
bajo la dirección de Heiner Müller. Su proyecto “Manual
para habitantes urbanos”, es un “trabajo en progreso”
(work in progress). El concepto seductor pudo en la primera realización
sólo impactar con limitaciones estéticas y técnicas.
Reconocer: muy buenos videos sobre las vivencias en Córdoba, un
excelente acompañamiento de cello y bandoneón, contrastan
con los poemas de Brecht, los cuales son recitados por aficionados quienes
no entienden lo que leen o no pueden expresar lo que entienden. Sin embargo
el intento de mantener viva esta “urbane intervention” durante
todo el Festival y a través de la combinación de la acción
con Internet lograr otro nivel comunicativo donde se halla verdaderamente
la participación a través de nuevos textos de espectadores
/ participantes.
En esta masiva acumulación de producciones interactivas
y performantivas alemanas (por ejemplo “753 Piletas”), produjo
una cierta irritación entre los teatristas cordobeses quienes preguntaban
“¿por qué mejor no nos envían buenos directores
de escena?” En este contexto se enfrentaban y revelaban las diferencias
y exigencias culturales que necesitarían de una productiva tematización.
Como acertadas en este contexto, es la también muy discutida obra,
“Estando en sitio” en una sala de un sindicato, donde la joven
directora alemana Liz Tetzner “trabaja” junto a tres jóvenes
cesantes. Tratamiento cultural con una problemática social virulenta
en una escenificación suelta y teatral. Con video proyecciones
acústicamente sorprendentes y con un toque naiv de un joven rapero.
Los tres jóvenes representan sus propias experiencias a través
de divertidos cambios de rolles, fuera de cualquier sentimentalismo o
especulación con la compasión del público. Con un
taller sobre “Memoria y olvido” el año pasado evidentemente
tuvo Liz Tezner una entrada a la típica idiosincrasia cordobesa
para así conjuntamente a través de un camino de juegos,
superar la anécdota privada del “arte testimonial”.
La libre comprobación aliviada de los jóvenes actores durante
los ensayos diciendo “No tenemos que ser víctimas”
está bien en la línea de lo que Graciela definía
como cultura, es una inmanente resistencia, que debe producir reflexión,
crítica y motivación.
RESISTENCIA
bajo este lema hay que entender la invitación de Brigitte Remer,
Presidenta de la Red Ubiquite-Culture (S) de París, quien con tres
temas: “Pensar la ciudad”, “Crear la ciudad” y
“La cultura como lugar de resistencia”, busca lamentablemente
en forma un poco académica, un puente entre las experiencias históricas
de Europa del este con la actualidad argentina, a fines de hacer un análisis
crítico del término “resistencia”.
¿Qué es la resistencia? ¿En que producciones
ésta se revela?
Ejemplo N° 1: en sala repleta el disputado espectáculo
“12 de septiembre” del bufón italiano, Leo Bassi, un
tour de force tremendamente polémico y en un español italianizado,
maneja los atributos de un portavoz de un pueblo. Con un palo de golf
destruye y destroza la bandera yanqui, tira huevos al público en
vez de pelotas de golf e invita a un boicot de las marcas extranjeras
caras como Nike, Adidas, etc. Corta la etiqueta de la marca (extranjera)
de una remera de un espectador quien primero se niega a participar, y,
luego, al aceptar logra convertirse en un héroe aplaudido para
después ser transformado por Bassi en víctima de sus manipulaciones.
Tales contradicciones son maliciosamente dirigidas. La denuncia contra
el imperialismo mundial de los Estados Unidos –tiene que ver con
el petróleo– se formula con un número muy impactante
a través de un barril de petróleo, que domina con sus pies
como un malabarista y al mismo tiempo cuenta una historia humorista de
los talibanes. No es de creer que alguien pueda manipular elementos tan
dispersos y coordinarlos a través de su impresionante presencia
escénica. El punto culminante es el de “alquitrán
y plumas” –número en el cual, él desnudo, con
cuatro vasos de miel “nacional” (Italia), se rocía
y dentro de un cilindro transparente iluminado a contraluz, se baña
en plumas blancas. Ahí baila a través de toda la sala, se
dirige a la entrada y corre hacia la calle llevándose al público
consigo, con el tráfico en contra, aumentando la gente llamando
a los que vienen por el boulevard, finalizando en las escaleras de la
Facultad de Filosofía como toque final. ¿Resistencia como
show? Demagogia fácil, una simplificación populista; el
bufón se ríe de todo.
Ejemplo N° 2: en una muestra paralela la obra invitada
de la joven holandesa Edith Kaldor –porque es en inglés –poco
considerada, demasiado inteligente para aprovecharse fácilmente
del humor. ¿Cuánta teatralidad hay en un software en una
PC sobre el escenario?. “O presione escape”, es una pieza
virtuosa que recuerda con clics, módulos, alargues y transmisiones,
todo en una pantalla del tamaño de la pared, para lo cual la autora/directora
se sienta de espaldas al público para “chatear” con
el compañero digital, sobre sí misma y la vida. Repentinamente
ella cae en flash back de recuerdos donde una y otra vez reconstruye el
marco de la pantalla, para al final abandonar el escenario y dar a conocer
la posibilidad de que ella deje el juego -de la vida en soledad del diálogo
con una pantalla. Brava, fatal, inteligentemente humorística y
teatralmente estupenda, en una tensión entre la dimensión
de la proyección y la viva presencia del pequeño cuerpo.
Esta producción muda, sobre la pantalla naturalmente hablada en
inglés, el diálogo digital entre los permanentemente correctivos
y peleas del “yo y yo” es un perfecto “teatro global”
que es valioso en todo Festival.
OBRAS LOCALES
cinco producciones de la ciudad y de la provincia están en el programa
principal, veintidós en la muestra paralela en una línea
cordobesa. Ejemplo de ello son tres producciones.
Con gran placer pude ver en La Cochera –como segunda
casa, un galpón reconstruido por Paco Jiménez y su grupo
Los delincuentes- su nueva producción “Intimatum”,
con actores cercanos a mí sobre todo con la impresionante Beatriz
Gutiérrez. Es una combinación cómica, visual, musical,
dramatúrgica y sorprendentemente asentada en las personalidades
de los actores, de citas teatrales de “El balcón” de
Genet, “El jardín de los cerezos” de Chejov, de “Nora”
de Ibsen y de “Madre Coraje” de Brecht, con un orgiástico
baile final, donde se comprueban quince años de fructífero
trabajo en equipo.
También en el programa principal la obra de Marius von
Mayenburgs “Cabeza quemada” -que realizó una gira por
toda Latinoamérica con gran éxito– es una obra que
comprueba la existencia de un discurso generacional que atraviesa a todas
las culturas. Rechaza toda escoria psicológica en favor de una
dinámica y precisa relación coreográfica en un espacio
vacío con sólo dibujos básicos en el suelo, con una
estructura idiomática expuesta que se traduce en una figuración
corporal excesivamente destructiva. Al autor le hubiera gustado esta inteligente
escenificación del Grupo La Resaca, que recibió apoyo del
Instituto Goethe.
En la Academia del Teatro Medida X medida, fundada por la más
famosa directora de Córdoba y varias veces premiada, Cheté
Cavagliato, se encuentran dos performances y una lectura dramatizada ante
un público entusiasta. Un descubrimiento dramático para
el escenario es el joven autor mallorquino Joseph Pere Peyró –escritor
de “Una lluvia irlandesa”– que es una maravillosa miniatura
sobre el enorme malentendido entre hombres y mujeres, encontró
el camino en el teatro francés. El director Jorge Díaz es
un perfecto minimalista, tocado por Thalia, guía los actores, en
un diminuto espacio, con gesticulaciones tan intensas y concentradas que
una interrupción de respiración o el derrame de un té
se convierten en una señal catastrófica. Con su propia musicalidad
el director es capaz de descubrir en cada cuerpo de los actores una tonalidad
específica.
Ambas escenografías de Jorge Díaz (“El
lector por horas” de Sanchis Sinisterra y “Una lluvia irlandesa”)
deberían haber tenido más funciones dentro del programa
principal, en vez de poner algunas producciones sin importancia y decepcionantes
de “despampanantes teatros” del Brasil, Slovenia y Uruguay.
Lamentablemente la gente sólo puede ir de noche al teatro,
este año por motivos financieros, la publicidad en los diarios
fue muy reducida, no hay transporte entre el mal iluminado predio de la
Ciudad Universitaria hacia el centro. Es decir, que la poca asistencia
del público se debe más a razones económicas que
a falta de interés. Por lo mismo, faltó un lugar de encuentros
en el que –público y artistas- pudieran encontrarse después
de las funciones a fin de que el Festival se convirtiera en fiesta.
Como un cuerpo aislado, fuera del contacto con el Festival,
quedaba el grupo de danza-teatro del Cairo Les digo, que impactó
con su energía explosiva, vehemencia estructurada. Una cadena ininterrumpida
de situaciones violentas de no dejaban momentos de respiro. La atmósfera
estuvo llena de esperas temerosas y amenazantes al próximo ataque
que aparecía repentina y explosivamente. Lamentablemente el sincronismo
de las citas musicales banalizaba, en muchos pasajes, la rigurosa composición
coreográfica.
Menos grupos y menos representaciones hubiera sido mejor para
la impresión de la calidad general del Festival. No obstante en
tiempos de crisis, cuando el presupuesto se ha derretido al 50%, parece
difícil rechazar las ofertas de los amigos. En la dirección
del Festival no faltan ni capacidad ni entusiasmo, sin embargo, tienen
que defender sus criterios de calidad artística. El Festival debe
resguardarse de la arbitrariedad política y estar institucionalmente
asegurado para que ningún cambio de gobierno pueda derrumbarlo.
EXKURS: TEATRO PARA NIÑOS
después de 19 años el regreso con Héctor Presa del
grupo “La Galera encantada”, teatro para chicos y jóvenes,
presenta una producción familiar muy encantadora, en una sala errada
con mala afluencia de público. Mientras tanto su grupo a crecido
de una a diecinueve personas, casi sin ayuda monetaria empresarial, en
su propio teatro en San Telmo, en el Galpón de Artes que fue llevado
por el ASSITEJ. El Grupo de Héctor es un ejemplo llamativo sobre
las posibilidades –allí la comparación con el enorme
talento del Grupo cordobés Gruppe Xirulaxia– de cómo
en este sistema no subvencionado se puede, con un arduo trabajo, funcionar.
Tienen casi 300 representaciones al año, lo que significa un enorme
esfuerzo. Con una intensa solicitud de colegios y centros culturales en
los barrios y poblados alejados ha construido un público a la que
corresponden las más de 1500 direcciones de e-mail que tienen (de
allí hay muchas particulares) a las que tres veces al año
hay que preocuparse de enviar información. Este público
o amistades tienen privilegios anuales que por cada una entrada de seis
pesos pagan un promedio de cuatro. De esto puede vivir el Grupo con dos
o tres representaciones diarias, ya que no sólo está Héctor,
autor y director del grupo, sino también los promotores. Una parte
del grupo esta permanentemente de viaje en su propio auto, ya que ellos
sólo confían en su propio equipo. Específicamente
sobre la gran variedad del repertorio, donde también tienen obras
en inglés para los colegios, se incluye un programa para mayores
en un estilo de comedias musicales. Cada uno de los actores está
en al menos seis o siete de las producciones. Héctor Presa ha observado
y repetido ese modelo organizacional del Gripstheater, dice con gratitud
refiriéndose a Volker Ludwig. Héctor piensa, que muchos
de los grupos en Argentina podrían vivir mejor, si se movieran
más. Esta mentalidad sin prisa, tendencia para no fatigarse excesivamente,
es la que impide que mucha gente de teatro utilice, a pesar de la crisis,
las posibilidades para mantenerse.
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